Un 84% de las personas con discapacidad intelectual toma fármacos diariamente
Sólo un sólo un 19,6 % de los pacientes con DI lo hace con una prueba estandarizada
Las personas con discapacidad intelectual están sobremedicadas, un 84% toma fármacos diariamente y un 19% ingiere siete o más medicamentos cada día, según un estudio sobre la salud de las personas con discapacidad intelectual (DI) que presentó este pasado dimecre la federación Dincat en Barcelona. El grupo de investigación CIBERSAM del Instituto Pere Mata de Reus, con el apoyo de la federación Dincat y la Fundación Villablanca ha presentado los resultados del estudio 'Pomona', que pone de manifiesto el estado de salud de las personas con discapacidad intelectual a través de una comparación con los datos de la población general.
El estudio Pomona, basado en el proyecto original que se hizo a nivel europeo en el 2003, pero con la novedad de tener una muestra mayor y aleatoria que pretenden que sea representativa, se ha llevado a cabo en un total de 953 personas encuestadas más mayores de 18 años, de las cuales el 52% son hombres.
La investigadora María José Cortés ha dicho que los centros trabajan por impresión clínica, basados en los informes de valoración de los Centros Base o, simplemente, no saben cómo se ha llegado al diagnóstico y nivel de DI (sólo un 19,6% lo hace con una prueba estandarizada). El estudio ha podido comparar los datos de las personas con discapacidad intelectual con la población general y entre los datos con más diferencia figura la epilepsia, que en las personas con DI es de un 31%, mientras que en la población está entre un 0,4 y un 1%. Y, con respecto a la obesidad, el 30% de las personas con DI representa una cifra muy superior al 17% de la población que sufre problemas de sobrepeso.
La investigadora de CIBERSAM Anabel Folch ha afirmado que han podido comprobar que hay un infradiagnóstico, es decir, algunas enfermedades no se detectan porque los pacientes no comunican realmente lo que sienten por su condición de discapacidad, en los cuales se detecta una mayor necesidad de atención sanitaria.
El jefe del Servicio de Discapacidad Intelectual del Instituto de Asistencia Sanitaria (IAS) de Girona, Ramon Novell, que ha participado en la elaboración del Proyecto de Seneca, ha alertado de un «escenario preocupante» como algunos síntomas genéticos condicionan un envejecimiento prematuro en las personas con DI. Novell ha dicho que este envejecimiento prematuro se debe a una falta o inadecuada atención sanitaria en las personas con DI en relación con el resto de la población, poca experiencia y formación de los profesionales, ya que «algunos médicos afirman que se sienten incómodos y no saben como actuar» ante estos casos.
También se ha presentado el decálogo para ayudar a una persona con discapacidad intelectual en el desarrollo de una consulta médica, que incluye medidas como una buena comunicación con el paciente y no sólo con los acompañantes, un tratamiento adecuado y la necesidad de una formación del profesional en este ámbito. El integrante del Observatorio de Derechos de Dincat Xavier Orno ha dicho que quieren que se los trate como un paciente más y que «si somos mayores de edad, se nos trate como un adulto, además de poder disponer de los apoyos necesarios para tomar decisiones».