La fusión IMAC-Museus prospera y el personal quiere equiparar condiciones

El último pleno ordinario de 2016 estuvo capitalizado por la cultura. Y es que uno de los puntos que quedó aprobado ayer es la fusión del IMAC con el Institut de Museus para crear un único ente. La aprobación se hizo con los votos del equipo del gobierno y del PP, quien cambió un sentido del voto que hace pocos días era contrario. Por el contrario, el PSC, C's y la CUP no dieron apoyo. En su «no» coincidieron más en remarcar las formas como se ha llevado a cabo más que el fondo de la cuestión, después de que quedara palesa la situación deficitaria del IMAC.

El nuevo organismo, como ya se anunció a finales de noviembre, contará con 26 trabajadores –24 de los cuales ya integraban las respectivas plantillas del IMAC y el IMMR– y la nueva estructura implicará la creación de una plaza de gerencia y la apertura de un concurso público para cubrirla, así como la convocatoria de una nueva plaza de técnico. De estos, existirán tres especializados: de fiestas y festivales, de restauración y de patrimonio. El nuevo ente, por su parte, implicará que cuatro de los trabajadores que formaban parte del IMAC ahora pasen a la plantila municipal porque «ya están prestando su servicio aquí y no obstante estaban todavía en plantilla de este organismo», según detallaba a la concejala de Cultura, Montserrat Caelles, en la rueda de prensa posterior al pleno.

Entre los trabajadores que formarán parte de este nuevo ente, sin embargo, hay malestar por como quedará configurado a raíz de la fusión. En un comunicado, los empleados del IMMR y del IMAC exigen una «equiparación total con los trabajadores del Ayuntamiento en cuanto a sueldos, horarios, productividades, categorías y actualizaciones laborales». En este sentido, los trabajadores piden «la participación en la definición de la nueva estructura de trabajo, con la definición del catálogo, las funciones y los objetivos». De la misma manera, los empleados creen que la fusión de los dos entes de manera inminente «es un error porque no surge de una reflexión del papel de los organismos sino más bien desde el desconocimiento y de la precipitación».

Por todo ello, los trabajadores de ambos organismos añaden en el comunicado que «creemos que la nueva estructura que proponen es obsoleta y que no funcionará, dado que sólo se limita a sumar las estructuras preexistentes, no favorece la transversalidad y no pone en valor las tareas del personal», concluyen.

«Sesión» de cine aplazada

El pleno tenía que proyectar ayer la aprobación de los cines en el Centro Comercial La Fira. Concretamente, se tenía que ejecutar la renuncia municipal al uso del local para cederlo a Metrovacesa –actualmente Merlin Properties-. El punto, sin embargo, quedó fuera del orden del día. Según explicaba el alcalde, Carles Pellicer, después del pleno, para facilitar los acuerdos se ha preferido aplazar el asunto hasta la sesión ordinaria de enero. Según detalló el alcalde, el Partit Popular quiere tener más tiempo para su estudio: «para facilitar su aprobación hemos creído conveniente dar más margen». De todos modos, el alcalde se mostró convencido, repitiendo en más de una vez que Reus «tendrá unos nuevos cines en el Centro Comercial».

Sobre los cines también se refería el concejal de Empresa, Marc Arza: «es una cuestión que fue bien recibida en comisión y tenemos los apoyos necesarios como para llevarlo hacia adelante –en referencia a Ciudadanos y el PSC–, pero entendemos que es una situación de cierta complejidad jurídica y a lo largo de esta semana han ido saliendo cuestiones que hemos ido resolviendo».

Cuestiones que hacían referencia a «la fórmula jurídica, o a través de qué cláusula y de qué fórmula el Ayuntamiento recibirá una remuneración si el centro comercial gana dinero con el alquiler». Respecto del número de espectadores por el cual la antigua Metrovacesa cobraría el variable al operador de los cines, cifrado en 225.000 personas, y por el que el consistorio empezaría a obtener beneficios, Arza argumentó que «nos consta que Merlin está negociando con los operadores para fijar una variable a partir de este número de espectadores», pero «como vimos precipitado que nosotros incluyéramos las cláusulas directas del número de espectadores en el contrato, optamos por dos ideas», precisaba. Así, el concejal de Empresa precisaba que el consistorio trabaja con dos líneas: por una parte, «que en cualquier variable que se calcule, el Ayuntamiento participará en el 50%» y «cualquier ingreso que el centro comercial reciba por el alquiler y que supere el coste de mantenimiento, el Ayuntamiento también participaría».