Dos restauradores reusenses son padres de un dinosaurio de 120 millones de años
Un taller recrea, a escala real, el cráneo de un iguanodonte del cretácico que viajará al Museo de Cinctorres
Los bajos del número 5 en la calle Riudecols de Reus se han convertido en cuna, en las últimas semanas, de un dinosaurio. Comparten la paternidad el restaurador de bienes culturales, especializados en material arqueológico y paleontológicos Ferran Guinovart y el escultor y conservador Àlex A. Vall de Avall Creació, Conservació i Restauració. Los dos han dado forma, en unos 45 días, a la recreación a escala real de un iguanodonte: un dinosaurio fitófago –que se alimenta de vegetales– del cretácico que vivió hace entre 120 y 130 millones de años. Han hecho, sin embargo, sólo la cabeza, del que es el segundo dinosaurio descrito formalmente de la historia y que tuvo representantes de su especie en Estados Unidos, Europa o Asia. Era el encargo del Museo de Cinctorres-Dinomania y del ayuntamiento del municipio, en la comarca de los Ports, en Castellón, y de qué también hizo casa suya el género iguanodonte. Cinctorres, donde hace años que se llevan a cabo tareas de excavación en el yacimiento cretácico Ana, donde se ha identificado una presencia significativa de este dinosaurio, quería mostrarlo en detalle para difundirlo, y es por eso que fue a buscar a Guinovart y Vall.
Tomando como modelo «la propia descripción científica del dinosaurio y la información que buscamos», concretan, el uno y el otro iniciaron la gestación del proyecto que ayer mismo, en su taller, empezaban a pintar, siempre a mano para conseguir «un aspecto lo más natural y realista posible», a primera hora de la tarde. En total, antes de entregarlo, habrán sido «seis semanas, a jornada completa» de trabajo para dar lugar al trozo de iguanodonte. «Después de investigar mucho y documentarnos debidamente sobre las formas y proporciones de la cabeza del animal», los restauradores partieron de una estructura básica de espuma de poliuretano cortada a medida natural sobre la cual hicieron un revestimiento de fibra de vidrio y resina.
Apariencia orgánica y realista
Llegados a aquel punto, dieron textura a la piel del dinosaurio para ajustar su apariencia a la que tuvo el cretácico, y el mismo procedimiento se llevó a cabo con el pico y las facciones del animal. Igualmente a mano y con el objetivo de «darle a la piel el toque orgánico y realista». Los ojos se hicieron a medida en el propio taller y se añadió en el conjunto, finalmente, un apoyo al final del cuello para poder sujetar la reproducción en su localización final. De aquí a poco, ya terminado, el iguanodonte emprenderá el camino hacia el Museo de Cinctorres-Dinomania para estar expuesto.