Los grupos municipales exponen como tiene que ser el Reglamento de Participación

La elaboración del nuevo Reglamento de Participación Ciudadana entró ayer en una fase de discusión por parte de los grupos municipales y que da continuidad en las aportaciones realizadas por la ciudadanía a través de varios talleres celebrados antes de finalizar en el 2016. Para hacer visible cuál es el punto de partida de cada una de las formaciones, ayer tuvo lugar un encuentro abierto a la ciudadanía –que llenó el salón de actos del antiguo Hospital- en el cual todos los grupos dijeron la suya. En representación del gobierno municipal, Montserrat Flores, concejala de Participación, apostó para que el nuevo texto recoja aspectos como el «apoyo a las entidades en el asesoramiento, un hecho que no se contempla en el reglamento de 1986,» además de recoger a «las organizaciones efímeras, colectivos que se crean en un momento concreto para una finalidad determinada». De la misma manera, apuntó que los consejos de distrito se tienen que crear de una forma flexible: «no tienen que ser 5 por decreto, sino allí donde haga falta y que representen las entidades». Por su parte, desde la CUP, Mariona Quadrada sugirió que el futuro texto tendría que contemplar aspectos como un servicio telefónico gratuito de atención a la ciudadanía, además de vincular la reforma del Reglamento Orgánico Municipal (ROM) al Reglamento de Participación para que se incluya una regulación de los plenos municipales. Así, según Quadrada, «los documentos como las mociones tendrían que estar 48 horas antes en la web». También recordó el compromiso que los próximos presupuestos «cuenten con la partida participativa de 750.000 euros», fruto del acuerdo entre cupaires y gobierno.

Desde Ciutadans, Pepa Labrador recalcó que se tendría que poder tener «un contacto más directo con los concejales, más allá del nuevo texto,», y que hay que hacer énfasis «al incluir en los procesos participativos gente joven u otros, que, por sus obligaciones diarias, no pueden disponer del tiempo para hacerlo», recordando que en los talleres participativos intervino «sólo un 0,3% de la población». En la línea de Labrador se refería Ana Martínez, del PSC, quién vaticinaba que «costará que haya más participación» animando a buscar herramientas que hagan de esta una herramienta efectiva y que los procesos «tengan un retorno». Desde el Partit Popular, Sebastià Domènech remarcó la necesidad de que el proceso participativo sea «transparente y sin intermediarios», afirmando que «hay que potenciar el registro ciudadano y los consejos municipales». Sin embargo, recalcó que las asociaciones «necesitan también transparencia en los procesos de gestión y electorales».