Un turista de Matadepera pasa el casting y es el Rey Carnaval LVII

El Carnaval de Reus ya tiene rey, un vecino de Matadepera que visitaba la ciudad ayer, infiltrado «para no pagar» en una excursión de abuelos de Valladolid, y que sin proponérselo superó un improvisado casting que lo distingue como Rey Carnaval LVII. Su pareja, la Reina Pimpolla VI, fue nombrada en otras circunstancias: su ropa interior resultaba escogida por el nuevo monarca como la más atractiva de entre las bragas y sujetadores que fueron a parar a sus manos, lanzados por el público que asistía a las pruebas para nuevo rey del Carvanal en la plaza del Mercadal.

Y es que quién tenía que recoger inicialmente la vara que le entregaba al alcalde Carles Pellicer, el primer Rey Carnaval LVII, «nos ha dejado tirados», explicaban desde el Ayuntamiento del Carnaval, sólo minutos después de que el helicóptero que tenía que llevarlo hasta Reus se estrellara en la plaza de la Llibertat.

La reinauguración de la Capital

El acto ante el Palau Municipal, que se alargó durante más de una hora, iba a cargo de la colla No T’hi Fixisy había sido anunciado como el «segundo y verdadero espectáculo inaugural de la Capital de la Cultura Catalana Reus 2017», dio un repaso crítico y humorístico de la agenda cultural local. El Trapecio o el COS salieron mal parados, como también la Fiesta Mayor, aunque no faltaron unos simbólicos truenos, con la colaboración personal de la concejala Montserrat Caelles. Antes, la Hermandad de los Set Pecats Capitales había irrumpido en la plaza llevando las cenizas del predecesor del nuevo monarca, el Rey Carnaval LVI, que en el 2016 tampoco superó tanta juerga y acabó, lamentablemente como todos, incinerado en sucesivas piras. Los restos sirvieron para invocar el Espíritu Carnavalesco y pedir a reusenses y reusenses que «se abran a todos los pecados» y que «disfruten del desenfreno del Carnaval».

Desde el balcón del ayuntamiento, el Rey Carnaval LVII recordó la actualidad del caso de las facturas del Tecnoparc y aludió a las calamidades de Sagessa. Ante los gritos de «me aburro» de la Reina Pimpolla VI –que hizo un alegato feminista–, acabaría, sin embargo, anunciando «días de juerga»