Reclaman la puesta en marcha del apeadero ferroviario de Reus-Bellisens
El Gobierno pide consenso en el territorio en las demandas ferroviarias para ser «fuertes» ante el gobierno español
El esperado apeadero de Reus-Bellisens es una de las principales demandas que se han hecho este viernes en una jornada sobre la red ferroviaria organizada por la Cambra de Comerç y el Cercle d’Infraestructures en la capital del Baix Camp. Los trabajos están a la espera de que se termine la redacción del proyecto constructivo encargado por el Gobierno y que, posteriormente, se tendrá que trasladar a Fomento. La instalación podría superar al millón de pasajeros cada año, según ha apuntado Daniel Pi, delegado en el Camp de Tarragona de la Associació per a la Promoció del Transport Públic. Durante la jornada también se ha hecho un llamamiento al «consenso» y a la unidad del territorio para poder defender sus demandas con «una sola voz» delante el gobierno español. También se han denunciado las carencias existentes en la red de cercanías y las dudas que genera el Corredor Mediterráneo, que sólo dispondrá de una vía adaptada a trenes de ancho europeo.
El futuro apeadero de Bellisens tendrá un fuerte impacto en los desplazamientos en el sur de la ciudad de Reus, donde se reúnen el Hospital Sant Joan, el Tecnoparc y un campus de la URV. «Dará un servicio básico y cambiará la disposición de la población hacia el transporte público», ha señalado el técnico de la cátedra Universitat i Regió del Coneixement de la URV, Josep Maria Piñol.
Según el portavoz de la Associació per a la Promoció del Transport Públic (APTP), Daniel Pi, la estación «no es un capricho» y se tiene que construir «de manera inmediata» porque podría reunir a más de un millón de pasajeros anuales y se convertiría en la tercera estación del Camp de Tarragona. «Es absurdo que un tren pase por donde hay gente que lo quiere coger, pero no se pare», ha resumido Pi. El director general de Transports i Mobilitat de la Generalitat, Pere Padrosa, ha admitido que querrían que ya estuviera operativa, pero ha recordado que todavía se está redactando el proyecto constructivo. Según las previsiones iniciales, la inversión estimada se situaría en torno a unos 15 millones de euros.
Llamamiento al consenso
Durante la jornada, se han expuesto algunos de los agravios de la red ferroviaria en la demarcación de Tarragona, como los problemas de fiabilidad y seguridad de la infraestructura, un parque de vehículos anticuado, la ubicación de la estación de Alta Velocidad lejos de los principales núcleos urbanos y los problemas de saturación de la línea de la costa. Asimismo, se ha puesto en valor la transmodalidad de transportes y la necesidad de coordinar los servicios de autobús y tren.
Los tres conferenciantes han coincidido en pedir que el territorio acuerde una posición consensuada en sus reclamaciones al Estado. Piñol ha llamado a aparcar «las demandas localistas», mientras que Daniel Pi ha apuntado que «aquello que no genera consenso, no es bueno plantearlo», como la estación intermodal en el sur del Aeropuerto que se impulsa desde Reus. Desde el Gobierno, Pere Padrosa ha apuntado que, sólo con consenso, se podrá ser «fuertes» y tener voz ante Fomento, Renfe y Adif.
Dudas sobre el Corredor Mediterráneo
Sobre el Corredor del Mediterráneo, el director general de Transports i Mobilitat de la Generalitat, Pere Padrosa, ha criticado que las dos vías construidas sean de ancho ibérico y que sólo una acepte el paso de trenes en ancho internacional mediante la instalación de un tercer carril. «Es el colmo de la desidia», ha lanzado en alusión al ejecutivo español.
A su vez, Daniel Pi ha advertido que la nueva conexión mejorará mucho la relación entre Barcelona y Valencia, pero que el Camp de Tarragona se podría ver perjudicado. Por una parte, porque en la actual vía de pasajeros se instalará un tercer carril que añadirá complejidad a la explotación y, de la otra, porque los trenes directos no pasarán por las estaciones urbanas. «Habrá que estar alerta porque, si las cosas van muy mal, tendremos que plantear reivindicaciones», ha avanzado Pi.
Padrosa ha recordado que, una vez funcione el Corredor Mediterráneo, la línea convencional de la costa se podrá enlazar con la de la Alta Velocidad a la altura del Penedès. El ejecutivo sostiene que el intercambiador permitirá acortar los tiempos de trayecto hacia Barcelona, que oscilarían entre los 45 minutos en Tarragona y los 60 minutos en Reus.