Judicial
El instructor del caso Innova se queda temporalmente sin juez de refuerzo por falta de recursos
La sala de gobierno del TSJC se muestra «decepcionada» por la falta de un juzgado de familia en Reus, el partido judicial más saturado de la demarcación
El titular del juzgado de instrucción número 3 de Reus, que asume el caso Innova, se ha quedado temporalmente sin el refuerzo de que disponía por falta de recursos económicos. La magistrada sustituta destinada a este juzgado reusense ha conseguido el traslado a otra jurisdicción y la sala de gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha solicitado que se cubra nuevamente la plaza, según ha explicado este martes su presidente, Jesús Maria Barrientos. El órgano también ha requerido al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que mantenga al juez de refuerzo en el juzgado de instrucción número 1 del Vendrell, que investiga el caso del 3%. Por otra parte, la sala de gobierno del TSJC, que este martes se ha desplazado a Tarragona, ha manifestado su «decepción» por el hecho de que todavía no se haya creado un juzgado de familia e incapacitación en Reus, el partido judicial más saturado de la demarcación.
El presidente del TSJC, Jesús María Barrientos, ha afirmado que la situación de la mayoría de órganos judiciales de la demarcación es «mejor que el año pasado» como consecuencia de una «sensible» bajada de asuntos. Sin embargo, esta reducción no se ha traducido en una reducción de la carga de trabajo ni es cualitativa, según ha manifestado el presidente de la Audiencia de Tarragona, Javier Hernández. En este sentido, la bajada se atribuye a la reforma del Código Penal, que ha permitido que los casos de robos o hurtos con autor desconocido ya no lleguen a las instancias judiciales.
Hernández ha recordado que, a partir del 2009, se registró un incremento «bestial» de asuntos vinculados a la crisis económica, pero ha lamentado que en los últimos años en la demarcación sólo se haya creado un nuevo órgano: el juzgado de lo penal número 2 de Tortosa. El presidente de la Audiencia ha puesto en valor el esfuerzo realizado por el personal judicial por compensar la «sobrecarga» registrada, pero ha admitido que todavía hay margen para superar el tiempo de respuesta.
El «punto más débil» de la planta judicial de la demarcación se encuentra en los juzgados de primera instancia de Reus, según ha dicho el presidente de la Audiencia, que tienen un nivel de entrada de asuntos civiles que supera «lo que sería deseable». En este sentido, Barrientos se ha mostrado decepcionado por el hecho que, debido a «avatares políticos», la demanda que se hizo en el 2015 al Ministerio de Justicia de crear un nuevo juzgado de familia e incapacitación en Reus todavía no se haya atendido. «Esperamos que, con el ministerio ya a pleno rendimiento, se cree durante este año», ha confiado el presidente del TSJC. Actualmente, en Reus tan sólo hay un refuerzo transversal en los juzgados de instancia para este tipo de asuntos.
Hay que tener en cuenta que el juzgado de familia e incapacitación tendría que centralizar los internamientos en los centros psiquiátricos Pere Mata y Villablanca. Hernández ha advertido que, a raíz de una sentencia del Tribunal Europeo de los Derechos Humanos, se ha incrementado la complejidad de este tipo de procedimientos. Por ejemplo, los jueces tienen la obligación de visitar, semanalmente, a los internos que han derivado en estos centros psiquiátricos, lo cual les añade una gran carga de trabajo.
Hernández ha recordado que, actualmente, en la demarcación hay once planes de refuerzo en ejecución. Otro ejemplo es el refuerzo transversal en los juzgados de lo social de Reus, que es compartido con los juzgados de Tarragona. El presidente de la Audiencia ha explicado que la situación en el resto de zonas, como en Tarragona, Valls, el Vendrell o los partidos judiciales de las Terres de l'Ebre, es correcta. Los tiempos de respuesta a la Audiencia también se sitúan por debajo de la media, ha destacado Hernández, y se espera que con el refuerzo introducido en la Sección Segunda se normalice el ritmo de señalamientos dentro de medio año.