El Sant Joan descarta maniobras como la de Gecohsa para evitar la disolución
El Consejo de Administración confirma 8,4 MEUR de déficit mientras el Comité de Empresa pide que la gestión pase al CatSalut
El Comité de Empresa del Hospital Sant Joan de Reus «no aceptará de ninguna manera» nuevos recortes «porque el desequilibrio es fruto de una mala gestión», cuestiona el argumentario de la empresa delante los 8,4 millones de euros de déficit –4,3 más el millón y pico que en verano se desvió de Gecohsa- con que acaba de cerrarse el ejercicio 2016 y pide al CatSalut que coja las riendas del equipamiento sanitario porque «no confiamos en los actuales gestores».
Cerca de 200 trabajadores de la plantilla del centro han recibido esta mañana, entre silbatos y pancartas, los miembros del Consejo de Administración, que confirmaban, al desenlace de una reunión que se iniciaba al punto de las nueve de la mañana y concluía hacia las dos del mediodía, el balance negativo y tiraban el compromiso de «buscar alternativas» para remover la nueva causa de disolución que pesa sobre el Hospital, a pesar de que «sin volver a recurrir a dividendos de Gecohsa, porque a ningún consejero se le pasa por la cabeza. Una vez aprobada la formulación de cuentas, un trámite que se ha completado con el «no» de CUP y PSC, el siguiente paso es elevar la cuestión a la Junta General, encargada de resolver el escenario de cifras rojas. Hay dos meses para conseguirlo y hacen falta cerca de 3 millones de euros.
La presidenta del Grup Salut, Noemí Llauradó, ha respondido al personal del centro y su reclamación sobre la gestión del hospital que «nosotros no nos hemos cerrado nunca en la entrada del CatSalut a la gobernanza» del Sant Joan aunque «en mi opinión, que es personal, es la apuesta por la gestión del Ayuntamiento», y les ha recordado que «en situaciones de déficit se abre un procedimiento que se llama descolgamiento de convenio y que contempla que no se satisfagan algunas de las cláusulas del convenio».
Precisamente el convenio se está negociando estas semanas, todavía con tres meses de ultraactividad –se extinguirá el 30 de junio– antes de tener que cerrar uno nuevo, bajo la premisa del Comité de Empresa de seguir haciéndolo «cara a cara» y la voluntad que el documento que resulte de las conversaciones «sea simplemente de mínimos» pero que también dé respuesta a las reivindicaciones.
Las causas del desequilibrio
Sobre el balance negativo de 8,4 millones de euros, el Comité de Empresa, con Alicia Martín al frente, ha denunciado que «se nos ha entregado una hoja con las partidas que han generado el déficit» y «dónde consta un incremento de la plantilla a que se le atribuyen 2 millones y que no hemos visto más allá de la implementación del sistema de detección precoz del cáncer de colon, y el resto son partidas muy confusas». «Incluso para nuestros asesores es complicado de entender», ha añadido Martín, que explicaba que «es la práctica habitual ponernos las cosas difíciles, para entretenernos o porque no llegamos nunca al tema». Por su parte, Llauradó ha explicado que el cómputo del déficit sale de la regulación del contrato con el CatSalut para el 2015 y del hecho de que «pensábamos que podríamos destinar a reducir deuda, pero hemos visto no», y de los 1,2 millones de euros que aportaba el Ayuntamiento en rebaja de intereses.
Del descolgamiento del convenio que ha apuntado Llauradó viene que los empleados no tengan perspectivas de cobrar las direcciones por objetivos (DPO) pendientes del 2016, hecho por el cual «una vez se haya consumido el plazo para pagar, el 31 de marzo, presentaremos otra demanda colectiva como la que ya presentamos por el 50% pendientes de los objetivos del 2015». «El año pasado nos avisaron una semana antes que el objetivo no se alcanzaría y tuvimos que proceder igual. Eso tiene un coste, comporta abogados, y no sé hasta cuándo continuará», ha lamentado la presidenta del Comité de Empresa, que ha reiterado, en una comparecencia ante los medios convocada en paralelo a la reunión del Consejo de Administración, que «nosotros pensamos que todo tiene un final y también que estamos cerca, de este final. Creemos que es el momento que todo el mundo ponga valor».
Un nuevo encuentro con Comín
Martín ha recordado también, en relación a las condiciones «de ratios insuficientes y de la sobrecarga de trabajo» con qué se convive el equipamiento que «puede ser que la población lo esté notando porque los trabajadores estamos al límite» y ha recriminado que «se está haciendo un negocio con la sanidad. A quién corresponde poner la lupa, no da señales que lo preocupe la situación». El Comité de Empresa remitirá una nueva carta al consejero de Salud, Antoni Comín, para pedir una nueva reunión donde «damos a conocer nuestra situación» y ha convocado una protesta el próximo 31 de marzo, a las seis de la tarde, delante del Ayuntamiento de Reus «para que el alcalde Pellicer nos vea reivindicarnos, ya que echamos de menos su voz y no se ha manifestado sobre este desequilibrio que pone el Hospital en riesgo claro de disolución».