Diari Més

Un positivo a los controles de legionela hace cerrar todas las duchas en el Hospital

El centro, que trató las cañerías a principios de semana, espera el resultado de nuevos tests para retirar la medida preventiva

Fuentes del equipamiento confirmaban ayer que, con la restricción, no existe riesgo para las personas.

Un positivo a los controles de legionela hace cerrar todas las duchas en el HospitalOlívia Molet

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El resultado positivo de algunas de las muestras tomadas durante el último control rutinario de legionela en el Hospital Sant Joan de Reus ha comportado el cierre, como «medida de prevención», de las duchas a todo el centro sanitario. El test, uno de los que periódicamente supera el sistema de conducción de agua y que se realiza siguiendo la normativa para este tipo de equipamientos, contempla análisis en diferentes puntos de las cañerías para asegurar la ausencia de la bacteria. Las conclusiones del último informe apuntaban detectarla en ciertos tramos y fueron trasladados a la Comisión de Enfermedades Infecciosas hace pocos días. Esta ha dictaminado, tal como confirman fuentes del Hospital, el cierre preventivo de todas las duchas y la realización de un tratamiento en la instalación.

Esta intervención, denominada shock térmico y que consiste en hacer correr agua a temperaturas bastante elevadas a través del sistema, se llevó a cabo a principios de semana. Las duchas, sin embargo, ya se habían cerrado todavía antes. El equipamiento espera ahora el resultado de un nuevo control para conocer si ha sido efectiva y levantar, en su caso, la prohibición de la utilización de las duchas.

La previsión es, de cualquier manera, que las conclusiones del segundo test no lleguen al menos hasta finales de la próxima semana. No será hasta entonces que pueda llegar el orden de abrirlas y recuperar la normalidad en las rutinas en el centro.

Las mismas fuentes destacan que «no se puede decir que haya legionela» en el Sant Joan. Y precisan que los pacientes «pueden lavarse aunque no pueden ducharse» en cabeza de las plantas, y que el Hospital «ha tomado las medidas de máxima seguridad». Insisten también en que los positivos en estos análisis son «más o menos habituales» y que no significa que exista ningún riesgo para los usuarios. De hecho, «si el shock térmico ha tenido efecto, en la práctica las duchas ya se podrían utilizar, pero por prevención se mantienen fuera de servicio hasta estar seguros de que todo se encuentra en orden».

Malestar y quejas de los usuarios

A pesar de la clausura de las duchas, el edificio sí que está abastecido de agua y el uso de los grifos está y ha sido permitido en todo momento. Sólo para la ejecución del shock térmico, el lunes, se cortó «minutos o pocas horas, para que nadie se quemara el suministro. Desde el centro explican que es «la forma dispersa» como el agua sale del difusor lo que propiciaría que la legionela se pudiera contagiar, si hubiera. Y que eso no se da de la misma forma con los grifos porque no generan gotas.

Aseguran que la higiene de las personas que se encuentran ingresadas en el centro está garantizada aunque no puedan ponerse bajo la ducha y que los pacientes tienen acceso con alternativas como las esponjas jabonosas. Medios, estos, que ya se utilizan de manera habitual en los protocolos para enfermos en circunstancias más delicadas o que no están en situación de levantarse de la cama|lecho, entre otros.

Usuarios del Hospital hacían público su malestar en estas últimas horas y mantenían que, en el equipamiento, nadie los había informado del motivo de la prohibición o se los habían dado explicaciones que resultaban contradictorias. Se quejaban de que, para estancias largas, lavarse con esponjas «no es práctico ni igual de’higiénico, y es incómodo», y que tampoco se les concretaba una fecha para la reapertura de las duchas.

Entre ellos había una madre que, después de dar a luz, no las pudo utilizar. Sin haber accedido a otra justificación, y probablemente coincidiendo con el último balance económico del Hospital, que deja un déficit de 8,4 millones de euros, atribuían las restricciones a falta de recursos y reclamaban «poder lavarnos con agua caliente y con dignidad».

La seguridad está «garantizada»

Fuentes del Sant Joan explican que no es la primera vez que este protocolo se pone en marcha en el edificio, que ha quedado sin duchas otras veces, aunque anteriormente era más frecuente que el cierre se produjera por fases y no al global del equipamiento como se ha hecho ahora.

Subrayan que la legionela no resulta en principio peligrosa para el común de la población. Sin embargo, que sí que tendría una incidencia más importante en personas, por ejemplo, que tienen comprometido el sistema defensivo o que atraviesan determinadas enfermedades. Y que los pacientes «no están en ningún riesgo» ni «de ninguna manera han sido o están sin agua». De aquí la decisión tomada por la Comisión de Enfermedades Infecciosas y ahora vigente, que persigue «garantizar al máximo la seguridad».

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