Bombers retiran una colmena de abejas de uno de los olivos a la plaza Llibertat

Un enjambre de abejas que había hecho la colmena a uno de los olivos que ocupan los extremos de la plaza de la Llibertat fue retirado, ayer, con la intervención de apicultores de los Bombers de la Generalitat. Una dotación del cuerpo de seguridad se desplazó, hacia las cinco y media de la tarde, en el centro de la ciudad en una escena que, coincidiendo con la llegada del calor, ha sido más o menos frecuente en Reus en los últimos años.

Fuentes de Bombers explican que el protocolo habitual cuando se trata, como fue este caso, de abejas, suele pasar por «localizar a la reina y colocar en el sitio una caja para llevársela más tarde, de manera que todo el resto lo siguen y se desplaza el enjambre». Y detallan, también, que los efectivos que intervienen acuden «protegidos convenientemente con los tratges de apicultor».

Los propios bomberos que instalaban la caja en la plaza de la Llibertat, con la intención de recogerla a última hora del día, concretaban que la presencia de las abejas en esta concurrida zona no era peligrosa con la caída de la tarde, un momento en que ya no pican.

La actuación consistía, de hecho, en hacer caer la colmena dentro del recipiente, con la ayuda del palo largo de una escoba, y mantenerlo durante unas horas en el mismo olivo para recuperar los insectos. Un golpe con la reina dentro, la caja se sella y «se lleva la colmena, aislada con la reina, a otro lugar que puede estar o bien en el parque de bomberos o a los terrenos de algún apicultor.»

Actuaciones como la que ayer se vio en el municipio «son muy frecuentes en esta época. No pasa durante todo el año sino de que empieza el calor y, estos días que ya ha empezado a hacer, empezamos a recibir avisos de este tipo, que requieren el servicio de apicultores cuando algún vecino o una persona que pasa alerta que hay avispas|vespas o abejas». En el caso de las avispas|vespas, sin embargo, «se aplica un humo al mismo lugar|sitio» y no se trasladan.

En las pastelerías

La imagen del rostro del rostro de la escultura en la plaza del niño de las ocas, sin ir más lejos, cubierta el año pasado por un enjambre de abejas es una de las más vistosas que la presencia de los insectos ha dejado en la capital del Baix Camp en los últimos tiempos. También la de escaparates de panaderías y pastelerías donde rondaban, entonces con la entrada del frío, hacia los meses de noviembre o diciembre, se ha vuelto también ya relativamente familiar.