El crecimiento en ventas ya repercute en la contratación de personal

El crecimiento en ventas de las empresas ya se traduce, por fin, en nuevas contrataciones. Esta es una de las conclusiones que se desprenden de la última oleada del Radar cambraReus. Los datos indican que el número de trabajadores con contrato ha aumentado un 34% respecto del 4º trimestre de 2016, así como la cifra de negocio, que crece un 53,66%. Crecen los contratos, los cuales, sin poner, al menos de momento cifras, se adivinan como «esencialmente temporales», según mencionaban ayer desde el ente cameral. Todo deja un escenario económico moderadamente optimista, donde se recalcaba ayer el mensaje que la recuperación se está llevando a término «de uno forma muy lenta».

La mejora tiene una traducción directa en el Índice de Confianza Empresarial, el indicador que hace la media entre la situación actual y las expectativas que tienen las empresas. El último trimestre de 2017 este se situaba en el 22,4%, el más alto de las últimas oleadas. Para encontrar una cifra similar hay que remontarse al primer trimestre de 2015, semillas del 20,6%. Confianza que no esconde una situación económica, según los encuestados, «regular». Un 66% le atribuye este calificativo, un 2% cree que es «muy mala», un 27% la califica de «buena» y un 2% de «muy buena». ¿Cómo será la situación económica a un año vista? Aquí las tendencias se revierten y se constata cómo la mayor parte de los encuestados (56%) consideran que será mejor, en detrimento de un 37% que creen que reinará el inmovilismo.

¿Existe un efecto Trump?

La Cámara pone sobre la mesa de los empresarios varias preguntas que quieren coger cuál es la incidencia de determinados aspectos políticos sobre la economía catalana. Si en la anterior oleada el Brexit era el protagonista, en esta ocasión se ha puesto en consideración el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Un 46% de los encuestados considera que el mandato del magnate puede afectar muy negativamente o negativamente sobre las cuentas catalanas, mientras que un 44% cree que este factor no afectará a las cuentas catalanas. Como se puede captar, no existe un consenso al respecto. Más allá de los Estados Unidos, los empresarios siguen señalando mayoritariamente la corrupción como un factor negativo para la economía catalana, en la misma línea, que, por ejemplo, el cambio climático. La reforma horaria es la otra cara de la moneda. En esta nueva oleada han participado 41 empresas de Reus y el Baix Camp, principalmente de menos de 10 trabajadores y orientadas al sector servicios.