Se colapsa el parking de la plaza Prim porque permite la entrada de coches cuando está lleno

La entrada de más vehículos que plazas disponibles que quedaban en el parking de la plaza Prim provocó, el lunes al mediodía, una situación de colapso que se ha registrado más de una vez en los últimos meses y que, en esta ocasión, forzó la gestora de las instalaciones a levantar la barrera y facilitar así la salida libre a los conductores que no habían podido dejar el coche. El aparcamiento, de inicio municipal pero que explota en forma de concesión la empresa Interparking Hispania, supera con relativa frecuencia su aforo útil, visiblemente inferior al real por la práctica habitual entre sus usuarios de estacionar al margen de las líneas que delimitan cada una de las plazas.

Episodios como éste desembocan en un flujo de coches circulando entre las cinco plantas y atascando también la salida, la cual coincide con una bifurcación para continuar dentro del circuito del parking y concentra al mismo tiempo los vehículos que quieren salir y los que quieren seguir buscando sitio. Y en la ocupación de las zonas de paso que, a pesar de no estar destinadas a esta función, acaban acogiendo igualmente los coches que no han encontrado plaza libre.

Las quejas de usuarios que, con el ticket en la mano, se dirigían el lunes a la cabina de control para reprochar a los empleados que «nos hagáis perder más de un cuarto de hora y pagar por haber dado mil vueltas al parking» motivaron el levantamiento puntual de la barrera de salida mientras que los abonados –a quien la empresa Interparking tiene la obligación, por contrato escrito, de reservar permanentemente disponibilidad dentro del aparcamiento– eran recolocados de forma provisional en estas zonas de paso, dónde resulta explícitamente señalizada la prohibición de estacionar.

Información a los usuarios

Trabajadores del parking explican el colapso, al menos en algunas de las ocasiones, por averías al sistema de entrada, que no evitaría que más usuarios sigan pasando a pesar de haber quedado las plazas llenas, con lo que eso comporta. Otras veces, el mismo personal ha tenido que situarse en el tramo del arrabal que conduce hasta la entrada del parking para informar de viva voz que el aparcamiento se encontraba en aquel momento completo y permitir el acceso únicamente de los abonados. A los que pagan un abono para estacionar, de cualquier manera, incidencias de este tipo no se les repercuten en las cuotas. Como tampoco la supresión del turno que, hasta este pasado invierno, aseguraba la presencia de un trabajador también durante el horario nocturno en el parking, ininterrumpidamente las 24 horas, para atender a los usuarios.

Sin vigilante nocturno

El concesionario del parking de la plaza Prim ha reemplazado la figura del vigilante de noche por la activación de una centralita donde se puede contactar mediante un número de teléfono y un timbre, y por la colocación de puertas que cierran tanto los accesos a pie como los de vehículos y que se abren mediante el ticket o el carné de abonado. Una incidencia localizada en la persiana que se tiene que retirar para permitir salir a los coches y que no se abría propició, también hace pocos días que, al punto de la medianoche, algunos usuarios se quedaran cerrados dentro del parking. Sin el vigilante, fue necesaria la fuerza de varias personas para levantarla manualmente, siguiendo por teléfono las instrucciones que se les ofrecían desde la misma centralita.

Por 2,95 euros todo el día

El parking de la plaza Prim tiene capacidad para acoger más de 300 vehículos, con plazas para discapacidades y una decena de dedicadas a que estacionen motocicletas. La oferta que permite dejar el coche justo en medio de la ciudad por un total de 2,95 euros al día lo ha convertido, en los últimos tiempos, en uno de los aparcamientos más concurridos de Reus. Especialmente, como el lunes, en días de lluvia o en invierno.

Las instalaciones quedaron completamente remodeladas hace algunos años para mejorar los accesos e instalar el ascensor, y recientemente han vivido también nuevas reformas tanto para adaptarlas al nuevo sistema sin vigilante de noche como también para modernizar el interior. Éstas han abarcado, además de las entradas, también cuestiones como la iluminación del interior de las plantas o su señalización.