El Sant Joan se niega a preservar los derechos adquiridos de los sanitarios
La dirección no quiere incluir en el nuevo convenio una cláusula donde se tendrían que conservar las ventajas a pesar de pasar al del SISCAT
Sorpresa en el último momento en la negociación del nuevo convenio colectivo de los trabajadores del hospital Sant Joan de Reus. La que parecía la reunión definitiva para llegar al acuerdo, se acabó convirtiendo ayer, en un auténtico «garrotazo» para el Comité de Empresa. La dirección del centro hospitalario puso sobre la mesa dos condiciones que imposibilitan cualquier tipo de acuerdo. Por una parte, los responsables del hospital no aceptan incluir una cláusula que proteja las ventajas del convenio propio, una vez expire. Eso quiere decir que, una vez finalizara el periodo de validez del nuevo convenio –a las negociaciones se habló de 1, 2 o 3 años de validez– los más de 1.300 trabajadores del hospital Sant Joan no tendrían garantizadas las condiciones actuales. El nuevo responsable de la gestión del centro a partir del 1 de enero del 2018, el Servicio Catalán de Salud, podría perfectamente negarse a negociar uno nuevo una vez expirado el que ahora se tiene que aprobar, y pasar a los profesionales en el convenio base del sector, el del SISCAT, el Sistema Sanitario Integral de Utilización Pública de Cataluña. No deja de ser uno futurible, y podría no producirse, pero los profesionales quieren guardarse los hombros, dejando patente en el nuevo convenio que ahora se negocia, que sus mejoras adquiridas a lo largo de muchos años de lucha, se tienen que conservar. Se trata exactamente de pequeñas ventajas, como en la antigüedad de los profesionales, o el servicio de guardería. «Si no se incluye la cláusula, no hay nada que nos proteja en un futuro», apuntaba ayer a última hora de la tarde A Diari Més la presidenta del Comité de Empresa, Alicia Martín, después de la maratoniana reunión que empezó sobre las nueve y media de la mañana.
Martín quiere dejar especialmente claro que no están pidiendo nada fuera de lugar. Los profesionales de otros centros de referencia a Cataluña como el hospital del Mar y el hospital Clínic, ambos de Barcelona, han podido conservar sus condiciones propias a pesar de formar parte de un consorcio como el que regirá el Sant Joan de Reus.
La segunda de las condiciones que reclama la dirección –y que deja el derecho de negociación gravemente herido en opinión de Martín-, es, que en el nuevo convenio que se firme, se renuncie expresamente al periodo de ultractivdtad. Eso es: que una vez expirado el tiempo de vigencia, no se pueda añadir una prórroga para negociar el nuevo texto. Los responsables del hospital alegan a su favor que, se puede empezar a negociar antes de que expire.
Las dos condiciones son en la opinión de la presidenta del Comité, una demostración clara de que la dirección quiere entregar «en bandeja de plata» a los trabajadores al CatSalut. Para Martín, lo que propone la dirección es «un desprecio absoluto a los profesionales». Reitera una vez más que, los sanitarios no tienen que pagar la mala gestión llevada a cabo en el hospital, sufriendo un recorte en sus condiciones laborales.
Quieren negociar con Pellicer
El equipo negociador de la dirección del hospital emplazó al Comité a reunirse nuevamente en los próximos días para seguir debatiéndolo, pero los representantes de los trabajadores rechazan seguir como hasta ahora, ya que opinan que los responsables del Sant Joan lo están haciendo «con una mala intención». Por eso, piden a la concejala de Salud, Noemí Llauradó y especialmente al alcalde de Reus, Carles Pellicer, que cojan las riendas urgentemente, para tratar de poner fin a un conflicto, que Martín, no esconde, acabará desembocando en manifestaciones, protestas o incluso con una gran huelga si no se soluciona. «Hay» que recordar que estamos hablando de 1.300 familias las que están condicionadas por esta situación. Creo que ya nos merecemos un poco de respeto. Esta vez pensábamos que lo podríamos acabar resolviendo, sólo estaban pendientes de cerrar unos detalles de los objetivos, pero no...», exponía la presidenta a quien no podía esconder un importante malestar por las nuevas condiciones de la dirección.
La siguiente reunión entre dirección y Comité de Empresa podría tener lugar mañana mismo, o lunes como a muy tarde, con el ambiente claramente caldeado por unas propuestas por parte de los responsables que han dejado notablemente estupefactos a los trabajadores.