El vuelo Reus-Bristol desviado al Prat dejó en el suelo a 26 de los pasajeros
Una afectada mantiene que Ryanair cerró el embarque en 150 viajeros e informó de que el avión salía sin una auxiliar, «trasladada en ambulancia»
Hasta 26 personas que habían comprado un billete para subir al vuelo Reus-Bristol operado por Ryanair el sábado pasado, el 5 de agosto, se quedaron a tierra, en el Aeropuerto de Reus, mientras la aeronave despegaba con el resto de los pasajeros a bordo, otros 150 que sí que entraron. El avión, según informaban fuentes de la misma compañía, fue desviado al Prat «después de que un miembro de la tribulación de cabina se encontrara mal» y, en Barcelona, «el avión aterrizó con normalidad, se embarcó a otro tripulante de cabina para reemplazar el anterior y el vuelo continuó hasta Bristol».
Una de las personas que pagó por el billete pero no viajó, y que prefiere no revelar su identidad, explica que, todavía en el Aeropuerto, los pasajeros fueron informados ya en la cola de embarque de que una de las auxiliares de vuelo había sufrido una indisposición y que había sido trasladada a un centro médico en ambulancia. También que, a partir de aquí y, después de horas de espera acumuladas, «Ryanair fue llamando a los pasajeros por sus nombres y no por el orden de la cola, dando prioridad a las familias que llevaban niños pequeños o a los que tenían la tarjeta de la compañía, tal como nos explicaban».
«Cuando ya únicamente quedábamos 26 en la cola, nos dijeron que no podríamos subir al avión porque, sin la auxiliar, la cuota de pasajeros estaba completa, y que sólo podían volar los 150 que ya estaban sentados. Yo era la siguiente. Los que estábamos allí habíamos esperado durante horas en la puerta de embarque y nadie nos había avisado de que eso pasaría», añade la afectada, que relata que «en ningún momento nos dijeron que el vuelo se desviaría a Barcelona ni que embarcarían a otra auxiliar. Y, de hecho, si habían podido volar hasta allí, no entiendo por qué una vez allí sí que había necesidad de embarcar a otro tripulante de cabina por lo que quedaba de trayecto».
La alternativa, BCN-Birmingham
La mujer detalla que, desde Ryanair, «a los que nos habíamos tenido que quedar al Aeropuerto de Reus nos dieron dos alternativas. Una era viajar hasta Barcelona y, en El Prat, coger un vuelo hasta Birmingham en previsión que después nos trasladaran, imagino, hasta Bristol. La otra, devolvernos el importe de los billetes, opción que sólo dos personas pedimos y que todavía no han hecho». Y que «entre los que no volamos no había ningún inglés, sólo locales y una familia francesa». Se da la circunstancia de que, desde el Aeropuerto de Reus, la compañía irlandesa opera dos vuelos semanales a Bristol, cada martes y cada sábado entre el 3 de junio y el 30 de septiembre. La otra compañía que ofrece la misma ruta es Thomson Airways, que opera un vuelo cada sábado entre el 6 de mayo y el 21 de octubre.
Según el rastro del identificador del avión, el vuelo en cuestión tenía que haber salido de Reus, el 5 de agosto, cinco minutos antes de las cuatro de la tarde, siempre hora española, y haber llegado a Bristol a las cinco. Sin embargo, no dejó el aeródromo de la capital del Baix Camp hasta las ocho menos veinte de la noche. Media hora más tarde aterrizó en Barcelona, desde donde volvía a elevarse a las diez y cuarto de la noche. Los pasajeros bajaban de la aeronave, ya a su destino, cuando pasaban siete minutos de las once.
Las regulaciones de la UE impedían subir más viajeros
Fuentes de Ryanair detallan que la indisposición de la tripulante de cabina se dio al Aeropuerto de Reus y que «siguiendo las regulaciones de la Unión Europea, sólo 150 pasajeros pudieron embarcar al avión». Las mismas fuentes destacan que, a quienes no lo pudieron hacer, «se les dieron tickets de bebida, alojamiento a un hotel y se les ofreció el reembolso o el cambio de billete para el siguiente vuelo disponible a Bristol». El avión fue desviado a Barcelona, concretan, «para facilitar el reemplazo del miembro de cabina por cuestiones operativas». Ryanair reitera la «disculpa sincera» a los 26 viajeros que se quedaron a tierra, en el Aeropuerto de Reus.