El Seguici traslada al Santuario el epicentro de la fiesta

Todavía con el regusto del masclet en la boca y reponiéndose de las verbenas que llenaron la ciudad durante la noche del domingo, reusenses enfilaban este mediodía el paseo de Misericordia para apoyar a su Seguici en el día grande de la Fiesta Mayor pequeña. Les había puesto en su sitio el Toque de Fiesta, impulsado por los campaneros de la ciudad, los agrupamientos escoltas MontsantCim y Misericordia, que anunciaban el homenaje a la patrona –este año hasta 555 mujeres empadronadas en Reus perpetúan el nombre de Misericordia, la más veterana nacida en 1922– desde primera hora.

El León, los Nanos, el Baile de Cercolets, el Àliga o el Baile de Galeras. Pero también el Baile de Mosén Joan de Vic, el Carrasclet y los Xiquets de Reus. Elementos, danzas del Seguici Festivo y castellers volvieron a completar la liturgia de la bajada hasta el Santuario de Misericordia entre jolgorio, sonrisas y también concentración. Por el camino, los avellana regalaron en la ciudad varios pilares de 4, un 4d6 limpio y un 3d6 limpio que redondeaban el periplo.

Recuperar fuerzas

Pequeños, pero también grandes, les acompañaron hasta la misma plaza, donde después se celebró la solemne misa concelebrada –que volvió a estar presidida por el Arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol-, con el Orfeón Reusense como encargado del apartado musical. Sólo un poco más tarde, el redoble de campanas y las 21 salvas de morterets en honor a la Virgen de Misericordia cerraron una mañana que tocaba a su fin en ritmo de la Banda de Cornetas y Tambores Virgen de Misericordia y con la ofrenda musical y floral en el camarín. Antes del estallido de la Fiesta Mayor pequeña, que tiene lugar siempre la tarde del 25 de septiembre con el Santuario como epicentro, los que la hacen posible se detuvieron a reponer fuerzas en el tradicional comer que reúne los grupos festivos de la ciudad. Los hacía falta, en las puertas de una noche donde la lluvia acabarían complicando el lucimiento y la Carretillada.

La homilía

El Arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol, se refirió en su homilía de la misa de la Virgen de Misericordia, celebrada este mediodía en la plaza del Santuario, en la cuenta atrás para el 1-O y apuntó que «tenemos que tener confianza que los responsables de la gestión pública, legítimamente y democráticamente elegidos, sabrán encontrar la solución más razonable a la cuestión que esta semana nos es motivo de gran preocupación».

«Que todo se resuelva en paz y sin violencia», pedía Pujol, que decía que «como arzobispo metropolitano de la Tarraconense he velado para que la Iglesia se mantenga neutral en las plurales y legítimas opciones políticas que se tomen, procurando siempre el bien común desde la dignidad que merecen los pueblos, como las personas».

Los ataques a Barcelona y Cambrils

La homilía recordó, de nuevo, a las víctimas de los ataques a Barcelona y Cambrils, sobre los cuales el Arzobispo de Tarragona pedía que «tengamos confianza que nuestra sociedad, marcada hace ahora poco más de un mes por los terribles atentados, encontrará los caminos de la paz». El Arzobispo de Tarragona decía, en una semana en que la capital del Baix Camp ha cambiado los pilones de hormigón que protegían las calles de su casco antiguo para jardineras, que «no podemos vivir angustiados por las dificultades del presente y hay que mirar con confianza el futuro».

Jaume Pujol reservó el inicio de la homilía, para recordar que «la historia cristiana está llena de bellos ejemplos de devoción a la Virgen. Un relato entrañable para los cristianos de Reus es la historia de la pastorcilla Isabel Basora, que compadecida de los sufrimientos de sus conciudadanos ruega en este lugar donde estamos a santa Maria; la Pastorcilla tiene una especial presencia de la Virgen y valerosa puerta un mensaje de confianza a los reusenses».