El Ayuntamiento saca a concurso la gestión de Cal Massó con 120 días de actividad
El consistorio ejecuta el «no» del pleno a la CUP sobre municipalizar la explotación y la saca a licitación cuando expira el anterior contrato
La gestión y explotación del Centro de Arte Cal Massó ha vuelto a salir a concurso público después de que, coincidiendo con el fin de la actual subrogación que tendrá lugar el próximo mes de octubre, el pleno votara y rechazara en mayo una moción impulsada por la CUP y que planteaba la «recuperación de este espacio como equipamiento de gestión municipal». En el 2013, la explotación de Cal Massó fue puesta en manos de una sociedad formada entonces por los gestores culturales Isaac Albesa y Víctor Cavaller, con una fórmula de colaboración entre Ayuntamiento y empresa mediante la cual los mismos adjudicatarios se hacían cargo de la programación cultural y la tenencia del servicio de bar.
Coincidiendo con la Capital de la Cultura Catalana 2017, la Candidatura de Unidad Popular proponía, «recogiendo la desubicación y malestar de colectivos e individualidades del mundo de la creación plástica, escénica o musical de la ciudad, que no saben dónde dirigirse para poder exponer o presentar sus obras,» que Cal Massó no se vuelva a licitar. La moción, que se votó por separado, quedó resuelta con el «no» de PDeCAT, Cs y PP y la abstención del PSC a la municipalización y el «sí» del pleno, a excepción de la abstención del PSC, a la potenciación e integración en el ámbito social del equipamiento. En la sesión, la concejala de cultura, Montserrat Caelles, había explicado que «estamos de acuerdo con tener un espacio dónde las artes plásticas y visuales tenga un punto de encuentro, y con la función pedagógica por la cual Cal Massó nació, pero no es incompatible con la gestión externa» y aseguraba, a la vez que ponía en valor el trabajo de Albesa –como también hacía Mariona Quadrada-, que «si en un futuro las cosas cambiaran, se puede replantear el modelo».
Unos 135.000 euros
Municipalizar la gestión de Cal Massó, tal como concretaba la misma Caelles, se habría traducido en una partida presupuestaria de 135.000 euros. Con una duración de dos años y la posibilidad de prorrogarse por dos más, el nuevo contrato sale ahora a licitación con un canon de 2.400 euros: 100 euros mensuales a satisfacer por el adjudicatario, el cual puede mejorar la cifra en su oferta. El Ayuntamiento no abonará ningún importe. dado que este gestiona Cal Massó «por su riesgo», y se reserva 50 días de utilización del centro para actos propios en los cuales sí que pagará la iluminación.
Espacio de experimentación
Con respecto a la programación estable de Cal Massó, esta tendrá que llenar un mínimo de 120 días y tendrá que estar organizada por ciclos de actividad. También se tendrá que ajustar a los objetivos establecidos para el Centro de Arte, que van desde perfilarse como un «espacio de experimentación para las disciplinas artísticas» o un «lugar donde dar a conocer las nuevas generaciones de artistas locales», hasta ayudar a «consolidar a la cultura contemporánea en la zona de influencia» del municipio. Desde el Ayuntamiento, y teniendo en cuenta que la llegada de octubre marca el límite del contrato, «hace algunos meses que en este sentido estamos haciendo un análisis, que no es sólo interno sino con el sector para ver cuál sería la mejor manera de sacar adelante eso», añadía Caelles en mayo.
El cuarto Festival Accents
Cal Massó inició el viernes la 4ª edición del Festival Accents, con un concierto de 4 Inviernos, que se alarga hasta noviembre. El ciclo incluye conciertos vermú en la terraza con entrada gratuita, y conciertos de pago en el mismo Cal Massó o en el Teatro Bartrina.