El fuego ilumina el santuario y cierra una Misericordia que se ha alargado quince días
La carretillada, el encendido de la Víbria y del Drac y el piromusical, aplazados por la lluvia del 25 de septiembre, queman en el despido de la Fiesta Mayor
Exactamente dos semanas después de culminar contra las inclemencias una particular bajada de Misericordia bajo la lluvia, y que el aguacero obligara a suspender «por seguridad» la carretillada, el encendido del Drac y la Víbria y el espectáculo piromusical, el Ball de Diables de Reus se plantaba de nuevo este domingo por la noche delante del santuario, a punto para vivir allí uno de sus días más esperados.
Este año, el calendario trasladaba, a la fuerza, del 25 de septiembre al 8 de octubre el protagonismo del fuego. Un hecho inusual que aislaba la culminación de la Fiesta Mayor pequeña del resto de los actos en el programa. Y que permitía a los diables, eso sí, disfrutarla y despedirla tal como la tradición marca. Misericordia quemaba. Ofrecían el lucimiento el Drac y la Víbria, que habían aplazado igualmente el baile. Y el santuario se iluminaba con un espectáculo piromusical que este domingo había recuperado también la carga quemada el día 25 por haber quedado mojada y que se podía ver íntegro.