La calle Alt de Sant Pere ampliará las aceras y perderá la zona de aparcamiento

La calle Alt de Sant Pere vivirá, a lo largo de las próximas semanas, obras de remodelación en el tramo comprendido entre Doctor Robert y la Riera Miró. El proyecto pretende dar continuidad al puñado de intervenciones de reforma y mejoras que, en últimos años, el Ayuntamiento de Reus ha llevado a cabo a su entorno, y que abarcan las calles Sardà, Sant Tomàs, Sant Miquel, Josep Anselm Clavé o la plaza Morlius. La vía venía generando, desde meses atrás, reiteradas quejas entre algunos de los vecinos de este espacio céntrico, especialmente a raíz del lavado de cara de las calles adyacentes «que han sido arregladas mientras que aquí no se ha hecho nada todavía», y tanto por el «deterioro de las estrechas aceras» como también por las «dificultades, más graves para personas con movilidad reducida, a la hora de atravesar entre los vehículos» estacionados a ambos lados de la calzada.

Esta nueva actuación que se llevará a cabo de manera más o menos inminente, fruto de un decreto de alcaldía firmado el pasado 10 de octubre, representará la ampliación de las aceras de la calle Alt de Sant Pere, además de la supresión de toda la superficie de aparcamiento. El expediente se encuentra en fase de exposición publica y quedará definitivamente aprobado, si no se presentan alegaciones, en pocos días. En total, las obras supondrán una inversión, tal como detalla la documentación del proyecto, de 357.482 euros IVA incluido, teniendo en cuenta también los trabajos relativos a las canalizaciones subterráneas que transcurren por la vía.

De loseta

Tal como se encuentra ahora, la calle Alt de Sant Pere acoge circulación de vehículos en sentido único, dispone de una hilera de aparcamiento en cordón y de aceras de loseta «sin pasos de peatones adaptados correctamente». La solución adoptada para las obras pasa por «mantener el sentido de circulación existente, ampliar las aceras siguiendo los criterios recogidos en el Plan de circulación de la ciudad de Reus y dotar la calle de unas características similares a los que ya han sido reformados, protegiendo el espacio de peatones –también se dará forma a pasos adaptados, que faltaban– mediante la colocación de pilones».

Superficies modernas

En detalle, el objetivo de todo es «dotar la calle de unas superficies modernas, adaptadas –en el sentido de eliminación de las barreras arquitectónicas en el tramo–, realizadas con materiales de alta calidad de manera que quede garantizada su durabilidad con el paso del tiempo y, por último, estéticamente y funcionalmente coherentes con las obras llevadas a cabo recientemente en el entorno». El proyecto contempla obras de demolición, redefinición del vial con aplicación de las aceras, pavimentación de aceras y calzadas, señalización, saneamiento y soterramiento de los cruces de calle de las redes de servicios. La ejecución de los trabajos se alargará, según las previsiones, durante cuatro meses, y su parte más visible se materializará entre el tercero y el cuarto mes.

La longitud de calle a remodelar es de 262 metros y la superficie, de 2.014 metros cuadrados. La eliminación de la superficie de aparcamiento es viable, tal como refleja el proyecto «porque se dispone de aparcamientos subterráneos próximos como el de la plaza de la Llibertat o el del Pallol».