Empieza el derribo de un inmueble en ruinas en la calle Sant Vicenç

El inmueble que hace esquina entre las calles Sant Magí Alegre y Sant Vicenç, justo detrás de la sede de la ONCE y junto a la plaza de la Libertad, abrió el lunes sus puertas al equipo de operarios que, a partir de la próxima semana, empezarán la obra para tirarlo al suelo en respuesta a una orden de derribo dictada por el Ayuntamiento de Reus a principios de año. La situación viene dada por el adelantado estado de deterioro en que se encontraba el edificio, que había acogido diferentes usos bastantes años atrás y donde, a partir del cierre definitivo, y con el paso del tiempo se habían agravado las deficiencias, fácilmente visibles desde el exterior mismo y que amenazaban ruina.

Vecinos y comerciantes de la zona, que habían hecho manifiesta públicamente más de una vez su «inquietud» ante la importante degradación del bloque, celebraban este martes 7 que «hace un par de días hemos empezado a ver movimiento y parece que, por fin, se acabará con este problema». Y recordaban que, tal y como se encontraba ahora, «el edificio se había convertido en un foco de inseguridad y en un nido de ratas en un lugar que es muy céntrico. Los días de ventoleras fuertes o de lluvia, dentro se oía ruido».

Precisamente por eso, y también por requerimiento municipal, la propiedad del inmueble había instalado una lámina metálica que abrazaba el perímetro a la altura del primer piso para proteger la vía de posibles desprendimientos, y que había frenado la caída de alguna contraventana. Y había colocado planchas y puntales aparte de las ventanas «que también se pueden ver sosteniendo ciertas partes del interior». Los accesos acumulaban señales de haber orinado y en las paredes del edificio, donde se anunciaba la venta con un número de teléfono también desde hace algunos años se habían estampado pintadas.

Expediente del 2012

Fonts de Profirex Derribos SL, la empresa de derribos y excavaciones que ejecutará los trabajos de demolición previstos en el número 28 de la calle Sant Vicenç, confirmaban el lunes que «empezaremos a trabajar la próxima semana». El expediente que ahora ha desembocado en esta orden de derribo impulsada por el Ayuntamiento se remonta al 2012, y ha dejado por el camino otras actuaciones en el sentido de preservar la seguridad de la zona.