Diari Més

La estafa al CatSalut se produjo desde la farmacia de la calle del Vent

El COFT avala el sistema de recetas «trazable»

La Farmacia Morales, abierta 365 días al año, no levanta la persiana desde la operación de los Mossos.

La estafa en el CatSalut se produjo desde la farmacia de la calle del VientoOlívia Molet

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El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Tarragona emitió ayer un comunicado, después de que el domingo se conociera la detención de un farmacéutico reusense y de su hermano por estafar 564.000 euros en el CatSalut en sólo un año a través de la manipulación de recetas y de las cantidades en la medicación servida a diferentes geriátricos, donde mostraba la «condena enérgica a este tipo de prácticas ilegales». La farmacia desde donde se articulaba la trama y que fue registrada por agentes de los Mossos D'Esquadra, junto con un local de distribución localizado en Esplugues de Llobregat, es la que está ubicada en el número 44 de la calle del Vent, la Farmacia Morales.

En la nota el COFT apuntaba que «gracias a nuestro sistema de dispensación de recetas», el cual «es totalmente seguro y trazable», resulta posible «detectar posibles desviaciones por parte de cualquier profesional farmacéutico». Y que «la colaboración entre la administración sanitaria y nuestra organización ha sido clave en la detección y seguimiento de este caso». En el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Tarragona detallaban que «las acciones que se puedan emprender desde el COFT a nivel profesional están supeditadas a la resolución judicial» de este caso que se «está bajo disposición judicial, siguiendo el procedimiento legal pertinente».

Medicamentos caducados

Varios vecinos de la zona aseguraban ayer que la farmacia, en el 44 de la calle del Vent y precintada, permanece cerrada desde el 14 de noviembre, fecha que coincide con la detención del farmacéutico implicado en este caso y de su hermano, de 43 y 34 años respectivamente y de nacionalidad española. Los hermanos manipulaban las recetas médicas oficiales e intercambiaban los medicamentos prescritos por otros más caros, o bien cambiaban la cantidad prescrita, aprovechando los blísteres del sistema personalizado de dosificación. A los cacheos se encontraron medicamentos caducados y 3.700 recetas.

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