El Refugio Bajo Campo hace un llamamiento a voluntarios y casas de acogida
La entidad reusense promueve la adopción en una jornada abierta
El Refugi Baix Camp ha celebrado este domingo una jornada de puertas abiertas para dar a conocer las instalaciones y la tarea desinteresada que se lleva a cabo diariamente en un recinto con capacidad para cerca de 120 animales, unos 40 perros y 80 gatos. La entidad «estrictamente sin ánimo de lucro», que trabaja con la financiación de los socios –el 85% del presupuesto total proviene– y el apoyo de toda una cadena de voluntarios, gestiona entre 2 y 3 adopciones semanales y aborda con esfuerzo problemáticas como la «falta de concienciación sobre los abandonos» o «el gran trabajo que todavía queda para hacer sobre la compra de mascotas», explica el voluntario Joan Cartanyà.
Cuestión de concienciación
Entre las necesidades actuales de la entidad hay «voluntarios, más casas de acogida –dónde los animales se instalan mientras se les encuentra una adopción, ya que «intentamos que el refugio sea la última sortida»-, socios y voluntarios que echen una mano». El día de más actividad en el centro es sábado: «Durante la mañana, limpiamos los animales y, más al mediodía, aquellos que quieren los pueden sacar a pasear. Es muy agradecido porque suele venir mucha gente y los animales disfrutan». Permanentemente a pleno rendimiento, la época más complicada «viene hacia la primavera, especialmente con los gatos, porque es cuando las gatas parecen y a menudo hay muchas camadas no deseadas que van a parar a nuestras manos».
Sobre la cuestión de los abandonos de mascotas, un «problema bastante estable», Cartanyà explica que «la solución, aunque parezca que hay una tendencia a ir para acá, no es hacer macroperreros –en el Baix Camp se proyectó la creación de una perrera comarcal ahora descartada–, no es crear espacios para absorber más animales porque siempre estarían llenos. La solución es la concienciación, evitar que pase, no tratar de dar una respuesta cuando eso ya» ha «pasado».