Falsos enfermos que forman a los futuros médicos
Alumnos de la Facultad de Medicina de la URV atienden pacientes simulados para aprender a diagnosticar
Voluntarios que aprenden a explicar al detalle síntomas de patologías para entrenar a los futuros médicos y que, en un escenario real, sean capaces de detectarlas, diagnosticarlas y atenderlas de la mejor forma posible.
Son los pacientes simulados, parte del Programa de Simulación Clínica de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la URV y del Centro de Formación e Innovación en Simulación Josep Maria Martínez Carretero, una herramienta que se utiliza para «trabajar con el alumnado habilidades clínicas básicas: la anamnesis –que es la obtención de información mediante preguntas–, la exploración física y habilidades comunicativas». Los estudiantes de los últimos cursos de Medicina se enfrentan, como aparte de las prácticas curriculares, a migrañas, una tos complicada o un dolor de barriga de origen desconocido que han llevado a las aulas a estos falsos enfermos delante los cuales, «los alumnos tienen que hacer las preguntas y la exploración para llegar a un correcto diagnóstico», explica Ramon Descàrrega, profesor de la Facultad de Medicina y al frente de este proyecto que acumula más de dos décadas en marcha en la URV.
«Redactamos la biografía de un paciente, su historial, y el paciente simulado toma este rol, memoriza la información y aprende cómo tiene que explicarla al estudiante», detalla Descàrrega, que precisa que «el contexto, a veces, sí que es el de la consulta de un médico de cabecera. Sin embargo, otras veces les decimos que se encuentran en un centro de atención continuada o a urgencias. Situamos las patologías en diferentes entornos». Desde 1996, «quizás hay una lista de unas 50 personas que hayan colaborado con nosotros, y eso no quiere decir que ahora todas estén en activo», explica el profesor, que dice que «empezamos a reclutar con el boca a oreja y escogiendo gente que pensábamos que podían adaptarse a un perfil no sólo de interpretar sino también de valorar los resultados». En este grupo, que antes se dedicaba de manera plenamente altruista y ahora forma parte del colectivo de colaboradores docentes, «miramos que haya todo tipo de personas con que, después, los alumnos, cuando sean profesionales, se encontrarán a la realidad en su día a día». Es decir, «personas jóvenes y mayores, hombres y mujeres y, si puede ser, de razas diferentes. Tuvimos un chino y ahora estamos intentando incluir a una persona negra».
Intercambio de opiniones
Este martes tuvo lugar en Reus la sesión inicial de formación de nuevos pacientes simulados, los cuales podrían sumarse a la actividad del Programa de Simulación Clínica. En este caso, se trata de pacientes simulados instructores que, además de desarrollar el rol que se les asigna ante los futuros médico, también «han sido dotados de todos los conocimientos necesarios para hacer un intercambio de opiniones y para aportar en un proceso de enseñanza, de retorno, con los alumnos que los atienden en cada uno de los casos,» añade Descàrrega. Todo, teniendo en cuenta que «los pacientes simulados actúan siempre de la misma manera a fin de que puedan pasar diferentes alumnos y esté siempre la misma herramienta la hora de evaluarlos. Una herramienta, en este sentido, fiable». Así, «hacen las valoraciones de determinadas competencias de los estudiantes».