El viento de Reus aborta el despegue del Speteck 155 en el Mercadal

Este año tampoco ha podido ser. El Speteck 155 tripulado por el Piolí de Cal Porra no completó la misión dirección a Marte. No llegó, de hecho, ni siquiera a despegar. Ni golpeó. El viento de Reus tiró por el suelo el trabajo llevada a cabo durante 155 días por la Agencia Reusense Espacial (ARE), que no se encoge y sube el listón: de cara al 2018, anuncia que dos cohetes mirarán al cielo «a principios y a finales de año».

Recuperada la base original en la plaza del Mercadal, el objetivo vuelve a ser tirar arriba. Más allá de eso, las intenciones no están nada claras. El responsable de fijarlas –o de dejarlo estar– es el Consejo de Sabios Reusenses, que tomaba ayer, una vez en la plaza, la decisión de parar la cuenta atrás del Speteck para no poner en peligro el artefacto en medio de una fuerte ventolera. Y dejaba el Dragón de Reus, en plena resaca de los suyos 25, con las ganas de pulsar el botón.

Si no hubiera estado por eso, a buen seguro que el último prototipo reusense ya surcaría el espacio sideral. Por algo el ARE lo había elaborado con «material muy especial» y el Piolí había sido notificado que, en caso de no acabar subiendo, probablemente queme. El Speteck 155 –sin ningún tipo de vinculación con ningún artículo de la constitución Española y bautizado «con un número que nos gustava»- tenía buena pinta por la noche. E hizo ilusionarse más de uno cuando la comitiva que lo llevaba, integrada por una batukada y diablos pequeños, lo paró apuntando al palacio municipal.

La última vez que se celebró el acontecimiento, en el 2015, el Speteck rompió fuerte pero no se levantó del suelo. Tampoco aquel será recordado como el año que el ARE hiciera realidad el sueño de enviar su cohete «con los mejores deseos de nuestra ciudad para todo el espacio sideral» hasta Marte. El jueves, en el trayecto entre la plaza del Condesito y el Mercadal, todo hacía pensar que podría haber cambiado alguna cosa. Que esta vez sí. Pero no. Como siempre.

El Piolí de Can Porra se queda

El Speteck volvía este 2017 al Mercado después de un año sin misión «por problemas de organización» y de haber sido reubicado en el 2015 en la plaza de la Libertad. Los operarios, segrurament también parte de l'ARE, se habían apresurado los últimos días al retirar las casetas de madera que hasta hace poco acogieron el tradicional Mercado de Navidad. Al final, sin embargo, el Piolí de Can Porra, «proveniente de una de las casas señoriales de la ciudad, situada en la calle del General Moragues» se ha quedado en el suelo.