Sociedad
Más de 2.000 vecinos de barrios periféricos de Reus denuncian el «abuso» de las eléctricas
La FAVR completa un año de campaña coincidiendo con la subida del precio de la luz y quiere 5.000 firmas para llevarlas a la Generalitat
La Federación de Asociaciones de Vecinos de Reus (FAVR) completará el próximo mes de febrero el primer año en marcha de la campaña de recogida de firmas contra la pobreza energética y el «abuso» de las compañías eléctricas. Una iniciativa, esta, que la entidad puso en marcha en el 2017 poco después de la muerte de Rosa, la mujer que perdió la vida en un incendio en su casa provocado por la vela con que se iluminaba desde que le cortaran la luz por unas pocas facturas pendientes, y también coincidiendo con una subida del recibo que justo ahora vuelve a darse. Hasta el jueves, la FAVR ha recogido «más de 2.000 apoyos», explica su presidente, Valentín Rodríguez, todos ellos en forma de firmas de «vecinos de los barrios de la periferia».
Un año después, precisa Rodríguez, «la problemática continúa porque no es verdad que la crisis esté acabando, al menos para muchos colectivos» aunque «a las personas que la sufren a menudo les da vergüenza cierta pedir ayuda, y tienen que ver que tienen derecho con total naturalidad». La FAVR coloca prácticamente cada primer domingo de mes, en una tarea que se reanudará después de fiestas y que irá acercando la actividad al centro de la ciudad, su tablón en un barrio. Desde aquí, «recogemos las firmas pero también escuchamos los vecinos, que se acercan a veces con mucha discreción, y les intentamos dirigir allí donde pueden encontrar soluciones, los descuentos y las posibilidades a que se pueden acoger».
«Nadie dice que le hace falta ayuda»
«A nadie le gusta decir que no puede pagar un recibo o que le cortarán la luz de su casa. Y, de hecho, nadie lo dice directamente sino que más bien preguntan cómo funcionan los mecanismos que hay para poder acudir después», añade el presidente de la FAVR, que recuerda que «tenemos que empezar a tomar conciencia que las ayudas que se dan por estos conceptos son una cosa normal y que no es ningún desprestigio recurrir cuando hace falta». La FAVR esperará hasta haber superado el umbral de las 5.000 firmas para hacer un acto final y trasladarlas «al Ayuntamiento de Reus y a la Generalitat», porque «el papel de la administración a la hora de presionar las empresas suministradoras a cambiar de actitutd y dar lugar a leyes justas en este sentido es muy importante». Y es que los recursos para paliar la pobreza energética que se ofrecen a nivel municipal, precisa Rodríguez, «están bien y son útiles para muchas personas pero también hay muchas a que no llegan porque no han entrado en el circuito de los servicios sociales. Son vecinos a quienes los cuesta reconocer que necesitan una mano o que, los hace vergüenza o simplemente, no son plenamente conscientes que los hace falta aunque sea así».
«Mientras no se produzca ningún cambio significativo en la normativa, nosotros seguiremos adelante con este objetivo», asegura el presidente de la FAVR, que explica que «lo que expresa de manera generalizada el vecindario cuando vamos a los barrios es la sensación de enfado: pagamos por|para una necesidad básica y que tiene unos precios sin sentido mientras en el seno de las empresas suministradoras hay cierta alegría a la hora de pagar ciertas cosas».