El Incasòl desencalla los derribos en el barrio del Carme y los licitará en febrero
El organismo recibió en diciembre la licencia y demolerá este año los edificios entre Sant Benet, Sant Francesc i Closa de Freixa
El Incasòl recibió a mediados de diciembre la licencia de obras que había solicitado justo un mes antes en el Ayuntamiento de Reus y publicará este febrero, tal como confirman fuentes del organismo al Diari Més, la licitación para llevar a cabo el derribo de más de media docena de inmuebles en el barrio del Carme. La documentación vinculada al procedimiento, según detallan las mismas fuentes, se encuentra en fase de preparación. El objetivo pasa por «ejecutar las obras durante este año». En la misma línea, el Incasòl confirma la petición realizada por el Ayuntamiento que, «de manera provisional», los solares resultantes de la demolición sean adecuados para uso de aparcamiento de vehículos. Y también la voluntad de materializar este extremo a la vez que «se siguen manteniendo conversas y se decide el uso final». El concejal de Urbanismo de Reus, Marc Arza, apuntaba a noviembre la intención de que «a medio plazo, ya fuera a través de inversión pública –de Generalitat o Ayuntamiento– o bien privada, aquí empiece a haber, a más largo plazo, promoción de viviendas».
La zona concreta que queda incluida en el proyecto en que ahora saca adelante el Incasòl se localiza entre las calles de Sant Francesc, de Sant Benet y Closa de Freixa, situadas en el barrio del Carme y que abrazan estos edificios pendientes de demolición desde años atrás. La obra servirá, más allá de para poner fin a cuestiones relacionadas con la ocupación ilegal, la proliferación de palomas y otras plagas o la acumulación de suciedad en los inmuebles y su entorno, también para abrir el paso entre las calles de Sant Jaume y Cerramiento de Freixa, y reservará espacio por pode rfer esta ampliación del aparcamiento.
Paso previo a los trabajos
El proceso de licitación que el Incasòl abrirá en el mes de febrero es el paso inmediatamente anterior a la puesta en marcha de las obras. Desde el organismo, con todo, no precisan la fecha en que estas podrían arrancar, a la espera de que el concurso reciba las pertinentes ofertas. Con todo, el Ayuntamiento calculaba que el derribo se alargara durante cerca de tres meses y que todo pugués quedar terminado coincidiendo con la llegada del verano. La inversión, que no ha trascendido, abarcaría unos centenares de miles de euros.
La demolición de los edificios tendrá igualmente otros efectos beneficiosos para el barrio. Uno de ellos, la desaparición de la jaula trampa que Medio Ambiente tiene instalada en la parte superior de uno de los bloques|blocs afectados y que había dado lugar a un puñado de quejas entre los vecinos por la acumulación de palomas. Otro, el fin a algunos problemas de empleo que también habían generado inquietud en la zona. Y a la degradación de las mismas construcciones, que se encontraban en un estado de abandono y próximo a la ruina como consecuencia del paso del tiempo y de la falta de mantenimiento.
La Patacada como modelo
El proyecto, a grandes rasgos y a entre 3 y 5 años vista, se centra al darle en esta área un aspecto similar a lo que ha tomado la plaza del Porrazo, reconvertido en «un espacio soleado, moderno, bien integrado en el barrio». En noviembre, cuando el Incasòl empezó a tramitar la licencia con el Ayuntamiento, Arza destacaba que «esta es una intervención que airea la zona, que ahora se empieza a hacer y que llevará también movimiento inmobiliario,» y que «es importante que un proyecto como es el del barrio del Carme, se vuelva a mover».