Solidaridad
El taller de geriatría de Càritas, un éxito a pesar de ser una «solución temporal»
La entidad, en colaboración con la URV, organiza un curso formativo para aprender a cuidar personas mayores en situación de dependencia
Desde hace casi ocho años, Càritas imparte un taller de geriatría llamado Cuidar el cuidador, dirigido a formar y preparar a aquellas personas que se harán cargo de gente de la tercera edad. La iniciativa la mandó Càritas con el fin de cubrir una necesidad existente a la entidad, ya que muchas de las personas que acudían en busca de ayuda pedían poder hacerse cargo de personas mayores que se encontraban en situación de dependencia. Para muchos recién llegados y gente que se ha quedado en paro, esta es una de las salidas más contempladas para reincorporarse al mercado laboral.
La Universidad Rovira i Virgili, junto con el Hospital Sant Joan de la ciudad, facilitan las tareas de aprendizaje enviando personal médico con el fin de formar a los asistentes en el taller en posibles patologías que pueden desarrollar o presentar a los abuelos de los cuales se harán cargo.
Este taller es un éxito, ya que en cada edición se agotan las plazas rápidamente. El curso consta de una sesión semanal durante casi tres meses, y tiene una capacidad para una veintena de personas. El pasado jueves once de enero se inició la edición del primer trimestre del año con todas las inscripciones agotadas desde hacía días.
Un «parche» a la crisis
Antonio Garcia, director de Càritas interparroquial de Reus, reconoce el buen trabajo que se hace con este taller, que ha conseguido encontrar trabajo «a unas setenta u ochenta personas cada año». Garcia resalta el compromiso de la entidad al dar una salida laboral a las personas que más lo necesitan, siempre sin abandonar el asistencialismo que caracteriza Càritas, si bien cree que eso sólo es «una solución temporal».
A pesar del éxito de programas como el taller de geriatría, Antonio Garcia admite que «la crisis no se soluciona así, sólo es un parche». «No nos podemos permitir que una persona esté tres o cuatro años dependiendo de nuestra ayuda», argumenta Garcia. De las casi cuatro mil personas que Càritas atiende todo el año, sólo en Reus, la mayoría se queda atascada en esta dependencia de la entidad. Es por eso que Garcia cree que es necesario que haya «muchos puestos de trabajo por cubrir y estén pagados debidamente, si no se arregla nada de manera definitiva». Aun así, el presidente de Càritas entiende que «las condiciones de nuestra sociedad no permiten que esta gente pueda tener una salida y dejar de depender de esta ayuda». Antonio Garcia no se rinde y asegura que Càritas seguirá trabajando a fin de que estas personas «encuentren un trabajo digno».