El gobierno dispondrá de presupuestos municipales del 2018 en abril

El alcalde de Reus, Carles Pellicer, se someterá a una nueva cuestión de confianza vinculada a los presupuestos municipales, la segunda de consecutiva, durante un pleno que tendrá este como único punto al orden del día y que ha sido convocado para el próximo lunes, día 5 de febrero, a las cuatro de la tarde. Lo hará al cierre de una rueda de contactos a la busca de complicidades y en que Ciutadans ha mantenido el «no» que votó el 25 de enero, la CUP condicionaba el apoyo a la municipalización de la basura que el gobierno no acepta y el PSC no ha encontrado bastantes motivos para moverse de la negativa inicial. El grupo municipal del PP puso este martes encima de la mesa un documento con siete propuestas desde donde empezar a negociar y que Pellicer rechaza porque «hay algunas que no son asumibles»: entre ellas, la salida de la AMI y la renuncia al traslado del CMQ de la Clínica Fàbregas que ahora ocupa en las instalaciones del antiguo hospital donde próximamente se instalará.

Pellicer materializará el lunes la última opción de utilizar este mecanismo para desencallar las cuentas, ya que la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) limita a dos dentro del mismo mandato, y ninguno durante el último año que este se alargue, las veces que un alcalde puede utilizar este mecanismo para vincular un asunto como los presupuestos municipales. El punto sexto del artículo 197 bis establece que «cada alcalde no podrá plantear más de una cuestión de confianza cada año, a contar desde el inicio de su mandato, ni más de dos durante la duración total del mismo. Ni se podrá plantear una cuestión de confianza en el último año de mandato de cada corporación».

La última que prevé la LOREG

En el 2017, este sistema sirvió Pellicer para desencallar, en junio –dos meses antes de lo que está previsto ahora–, las cuentas municipales en medio de la gran dificultad para alcanzar acuerdos. Una situación, esta, que se repite este año y delante de la cual el alcalde ha decidido mover ficha. Todo implica, sin embargo, que las cuentas del 2019, tal como ha reconocido el mismo el alcalde, «se tendrán que aprobar mediante acuerdos» o esperar que la celebración de nuevas elecciones municipales –en las cuales Pellicer ya ha hecho pública su intención de concurrir– para que se abra un nuevo mandato que vuelva a poner a cero el contador de las cuestiones de confianza.

El impulso a la cuestión de confianza expone Pellicer, sobre el papel, a ciertos riesgos. En caso de que no alcance la mayoría simple del plenario que es necesaria para ganarla, un escenario del todo probable si los grupos municipales a la oposición mantienen el posicionamiento que han anunciado a lo largo de esta semana, la maniobra abre un plazo de 30 días naturales durante la cual la oposición –los concejales que no hayan llamado «sí» al alcalde en la cuestión de confianza– pueden presentar y someter a votación a un candidato alternativo. Para que prosperara la moción de censura, es imprescindible la mayoría absoluta. Es decir, el posicionamiento favorable de 14 de los 27 concejales.

No se espera moción de censura

La LOREG, en el artículo 197bis, prevé que «concejales que votaran a favor de un asunto vinculado a una cuestión de confianza no podrán firmar una moción de censura contra el alcalde que lo hubiera planteado hasta que no transcurra un plazo de seis meses». Como Pellicer recibirá el apoyo de los concejales de PDeCAT (7), ERC (2) y Ahora Reus (2), el cambio de alcalde tendría que pasar por un acuerdo entre CUP (6), Ciudadanos (4) y PSC (4) que no cuajó el año pasado y que los mismos grupos ya no contemplan.

Con todo, si el alcalde Pellicer pierde la cuestión de confianza a que se someterá el 5 de febrero, los 30 naturales días son un plazo obligado hasta poder trasladar los presupuestos a la siguiente pantalla, la de la publicación en el Boletín Oficial de la Provincia (BOPT). Este segundo trámite requerirá entre 3 y 5 días hábiles más y, una vez haya sido consumado, se abrirá otro margen de 15 días hábiles para exponer la documentación al público y recibir alegaciones en la misma. Si hay, responder costará aproximadamente otros 15 días naturales. Así, será a partir de abril cuando el gobierno pueda empezar a hacer uso de los presupuestos municipales, mientras que en el 2017 llegado abril justo empezaba a negociarlos.

Menos tensión y más conversaciones

Camino relativamente sencillo, pues, para un alcalde que pone en valor las conversaciones mantenidas entre el viernes y lunes y que quiere que el tramo final de este mandato esté marcado por el diálogo. Rebajar la tensión política, que se hace patente en las sesiones de lleno, es el objetivo de un Pellicer que, en el anuncio de la cuestión de confianza, ha reiterado que el gobierno «está abierto a escucharse a todo el mundo y hablar con todo el mundo» y que «la cuestión de confianza representa un punto y serie».