Comercio
Varias firmas preguntan para ocupar la tienda de la Casa Navàs
Successors de Joaquim Navàs y la Llauneria Mata cierran y dejan Reus sin dos negocios históricos
Dos de los comercios con más historia en el Tomb de Ravals, el negocio de ropa del hogar Successors de Joaquim Navàs y el de utensilios de cocina Llauneria Mata, bajaron ayer definitivamente la persiana después de más de un siglo de atención al público. El cierre del primero, ubicado en los bajos de la emblemática Casa Navàs, coincide en el tiempo con el cambio de manos de una parte de esta joya modernista. Y ha venido dado, después de un puñado de años esperando que la llegada de la recuperación económica sirviera para relanzar la tienda, por la previsión de un inminente incremento en el precio del alquiler del local que acabaría de complicar la ya delicada situación que el establecimiento, como otros de perfil similar al centro de Reus, últimamente atravesaba.
Varias firmas se han interesado en los últimos meses por ocupar este espacio, de dimensiones considerables y el mobiliario del cual está incluido dentro de la catalogación de Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN) que afecta al edificio, y han acudido a visitarlo sin que todavía haya cuajado ninguna propuesta. Si esta no llegara, otra de las alternativas que se sopesan pasa por destinar el lugar que ha dejado la tienda en una zona museística sobre la misma Casa Navàs.
En el caso de la Llauneria Mata, la jubilación de la propietaria Misericòrdia Mata pone el punto final a la última etapa del negocio, que ya se había salvado del cierre unos años atrás cuando ella cogió las riendas. El local, de alquiler, queda vacío y volverá probablemente a ofrecerse de nuevo. Al igual que ha pasado en la tienda de la Casa Navàs, en la Llauneria Mata «estos últimos días han resultado muy ajetreados» por las últimas compras de los que se resisten a despedirse del establecimiento como por las visitas de aquellos que «son clientes de toda la vida y ahora nos preguntan dónde irán a comprar y a quién explicarán las recetas». La Llauneria Mata comercializaba, hasta este 31 de enero, 7.000 referencias, algunas de ellas únicas al municipio.
La nostalgia de los clientes
Tras los mostradores de Succesors de Joaquim Navàs, gestionada en esta última época por la familia Blasco Font de Rubinat, Concha Packard atendía ayer las últimas compras, con las estanterías prácticamente vacías y se escuchaba, en un goteo continuo, a clientes que echaban fotos al comercio y comentaban la «pena» por el cierre. Una de ellas se le dirigía con un recuerdo: «Cuando era pequeña y el padre trabajaba, yo venía con mi madre a comprarle un palmo o dos palmos de la tela, y con eso le podía poner un parche». Packard admitía ayer que «sabe mal» cerrar puertas aunque «nosotros no llevábamos demasiado tiempo». «Sacar adelante la tienda también es un trabajo sacrificado», apunta y, de ahora en adelante, dice «nos dedicaremos a otras actividades». El género que ayer por la noche, a pesar de la liquidación al 70%, no se había vendido, irá seguramente a parar a «alguna de las entidades que reparte ropa a personas que la necesitan».
Todo el mobiliario de la tienda de la Casa Navàs se ha mantenido en las circunstancias originales, y el comercio recibía a menudo grupos de turistas que accedían tomándola como otro de los atractivos de la construcción modernista de la plaza del Mercadal. El resto de la Casa Navàs únicamente abre los sábados no festivos en tres turnos: a dos cuartos de once, de doce y de una del mediodía, con reserva previa, y por 10 euros.
Con respecto a la Llauneria Mata, a partir de ahora, «lo que haremos es vivir, que también nos toca», bromea Misericòrdia Mata, que recuerda que, «desde que cogimos la tienda, prácticamente ha sido de las diez de la mañana del lunes a las diez de la noche del sábado. Ahora quizás también es momento de parar y de disfrutar un poco».