Medio Ambiente
El Refugi Baix Camp busca una nueva finca para «poder seguir creciendo»
Los propietarios, fundadores y miembros de la junta, hace tiempo que les comunicaron la intención de vender el actual terreno
El Refugi Baix Camp continúa en una clara línea de crecimiento, pero esta dinámica está resultando un problema. El elevado número de animales que acoge hace que la finca del refugio se esté quedando pequeña. Además, se añade el hecho de que los propietarios de la actual ubicación hayan manifestado la idea de vender el terreno. Hace seis años que los voluntarios recibieron la noticia y, en el último año, han intensificado la búsqueda ante la imposibilidad de vender la finca con el propio refugio. Por suerte, los propietarios son miembros de la junta y fundadores del Refugi Baix Camp, hecho por el cual aseguran que la situación no es complicada.
La idea es «seguir creciendo», y eso pasa por ampliar la capacidad. «La limitación que tenemos es una realidad, recibimos llamadas y peticiones para acoger que tenemos que rechazar porque no tenemos más espacio», explica Anna Carbonell, voluntaria del refugio. Encontrar una finca mayor supondría una mejora de las condiciones de vida de los animales: «Tenemos perros muy viejos que seguramente morirán en el Refugi, eso es común, pero sería mejor que vivieran en un terreno más amplio», relata Carbonell.
Los voluntarios siguen trabajando con el fin de encontrar una nueva finca. Cada sábado por la tarde, los voluntarios se citan en el Pallol con el fin de informar a los ciudadanos del proyecto, hecho que les permite sumar socios y voluntarios. Carbonell, sin embargo, lamenta que «la ayuda que necesitamos, por desgracia, siempre es económica».
Aunque los propietarios, que conocen de primera mano la situación del refugio, no ponen prisa para encontrar una salida, Carbonell admite que «nos gustaria encontrar una solución rápidamente con el fin de gestionar mejor el propio refugio».
Los esfuerzos del refugio se han centrado en la búsqueda de una nueva finca una vez aparcados, definitivamente, varios proyectos que tampoco los satisfacían. Es el caso de la protectora municipal y del servicio de recogida de animales en Reus. El segundo proyecto se descartó rápidamente por motivos económicos. Anna Carbonell explica que «el presupuesto de licitación es insuficiente» para el correcto funcionamiento de una protectora o un refugio. Carbonell asegura que el dinero que se puede aportar desde el Ayuntamiento sólo serviría para poner en marcha el proyecto o para el mantenimiento de las instalaciones y los animales sin embargo, en ningún caso, cubriría los dos gastos. Además, Carbonell sentencia que «no nos hemos querido comprometer porque vemos que era una situación confundida».
La idea de la protectora comarcal también quedó aparcada rápidamente. De hecho, varias entidades animalistas mostraron su rechazo. En un primer momento se hizo cargo el Ayuntamiento pero, viendo que era un gasto demasiado grande, se trasladó al Consell Comarcal. Carbonell defiende que el proyecto que proponían era «un almacén de animales», ya que pretendían dar acogida cerca de 800 animales. «El dinero que querían invertir en crear una macro protectora podría servir para mantener cuatro», argumenta Carbonell. Con todo defiende que «Reus tiene que tener una protectora municipal», pero que el proyecto del consistorio en ningún caso respondía a la demanda y que «la solución del Consell Comarcal es peor». Aún así, desde el Refugi aseguran que no tienen ningún reproche hacia el ente comarcal que, a su vez, defiende que los voluntarios siempre nos han ayudado aportando ideas, informes y valoraciones de los proyectos.