La sarna acaba con el Carnaval a Reus
La ciudad despide los restos de Su Majestad, que reparte su patrimonio entre los siete pecados
Después de días de fiesta desenfrenada, Reus ha despedido al Rey Carnestoltes LVIII, que ha muerto el quinto día de su reinado a causa de un ataque de sarna venérea que ha contraído en el Hospital Sant Joan, donde ha acudido para hacer una donación de su esperma. El cuerpo del difunto se ha podido visitar en la cabeza de duelo en el Castell del Cambrer antes de que se iniciara el Desfile Mortuorio con los restos de Su Majestad, acompañados por la viuda, la Reina Pimpolla VII, las amantes, las lloronas y representantes de varios grupos. Una vez en la plaza del Mercadal, se ha procedido a quemar el cuerpo del Rey Carnestoltes LVIII pero, justo antes, el Ball de Diables ha irrumpido en la plaza para robar el brazo incorrupto de Su Majestad.
El testamento, repartido
Mientras se incineraban los restos reales, los notarios han procedido a la lectura del testamento, que ha quedado «repartido a partes iguales entre los siete pecados capitales». En su último sermón, el Rey Carnestoltes, ha tenido palabras críticas con el consistorio, que ha estrenado Reus Plató «mientras en el Palace todavía se oyen llantos». Su Majestad ha prometido volver el año que viene «sin el 155», sino aplicando «un artículo de mi constitución, que es el 169».