El Ayuntamiento renunciará a un año de alquiler para que el Café de Reus reabra

El voto favorable del grupo municipal del PSC sirvió ayer para aprobar, a propuesta del gobierno y a pesar del «no» de Ciudadanos, CUP y PP, una modificación de las condiciones del traspaso del contrato de arrendamiento del local del Café de Reus, ubicado en los bajos y primer piso de los números 1 y 3 de la calle Metge Fortuny y de propiedad municipal. El trámite facilitará, tal como concretaba el concejal de Hacienda, Joaquim Enrech, al futuro nuevo inquilino que tiene la forma de una alianza entre el Espai Prioral y el chef Joan Urgellès, un año de carencia en el pago del alquiler, el cual cifra la cuota mensual en 2.177 euros. El contrato tendrá una duración de 10 años y la posibilidad de una prórroga de 5. En total, entre mensualidades pendientes y este primer año de moratoria, el Ayuntamiento dejará de ingresar cerca de 44.000 euros.

El Café de Reus está cerrado desde hace cerca de un año, después de que el anterior inquilino bajara la persiana al no poder hacer frente a los pagos y habiendo acumulado una deuda con el Ayuntamiento, todavía no satisfecho, de 30.000 euros. En declaraciones en el Diari Més, Urgellès manifestaba hace pocos días la voluntad que el negocio reabra en un margen de tres meses después de someterse a «una remodelación integral y un lavado de cara integral», y que lo haga «con una barra de pintxos, cervezas, copas de vino y tapas».

Estas reformas en las instalaciones, el chef Joan Urgellès y el Espai Prioral las han concretado en 100.000 euros, una cifra «necesaria» para devolver el negocio a la actividad. En este sentido, Enrech precisaba en el transcurso de un pleno de 6 horas que «el solicitante del traspaso no pudo dar cumplimiento a las condiciones porque, al entrar en el local, el estado de conservación y antigüedad exigía obras de mayor envergadura e inversión». Para paliar el desembolso que el futuro inquilino «pidió que se le compensara con una carencia de mientras se realizaban las obras» que ayer recibía luz verde.

La propuesta fue criticada por el portavoz del grupo municipal del PP, Sebastià Domènech, que lamentaba que «12 meses más moratoria en alquiler, junto con los que ya no se han cobrado, son 21 meses. A 2.100 euros, hablamos de 44.000 euros que no se pagarán cuando nos presentan una inversión de 100.000». El portavoz de Ciudadanos Juan Carlos Sánchez, apuntaba que «hay margen por negociación y es importante que no generemos agravios con el resto». Desde la CUP, el concejal Xavier Angelergues pedía «que se ponga fin al capitalismo de amiguitos».

Pellicer: «No lo podemos perder»

En caso de que este traspaso del contrato de arrendamiento del local del Café de Reus no se consumara, la licencia actual se perdería y, con ella, la posibilidad de que el espacio pudiera volver a operar como un establecimiento de restauración. En este sentido, y antes de la votación, el alcalde Carles Pellicer recordaba que «la operación ha sido avalada por secretaría e intervención» y decía que «como gobierno, no podemos perder el Café de Reus porque es un establecimiento emblemático que da voz en la ciudad y es un activo importante». Por su parte, el portavoz socialista Andreu Martín decía que «no vemos inconveniente que contibui la actividad de restauración» y que «debe años oodem estudiar otra utilidad».