Los ecologistas alertan del riesgo de accidente si se alarga la vida de las nucleares en el séptimo aniversario de Fukushima

Una sirena de emergencia nuclear ha retronado en la plaza del Mercadal de Reus este sábado al mediodía. Se trata de una actuación simbólica y de concienciación de grupos ecologistas que se ha celebrado un día antes del séptimo aniversario del accidente nuclear de Fukushima. Ecologistas en Acción y Greenpeace han alertado de los riesgos que supone alargar los años de funcionamiento de las centrales nucleares españolas y reclaman que no se renueven las licencias que acaban en el 2021. Todo, cuando Vandellòs II se mantiene parada desde principios de mes por una incidencia en la válvula de ventilación de la barrera de presión. Los ecologistas ven en este tipo de incidencias “una señal de agotamiento” de las centrales. No es más que una advertencia que lo que pasó a Fukushima puede seguir pasando aquí; sabemos que un accidente nuclear es posible”, ha explicado Eloi Nolla, portavoz de Ecologistas en acción, que ha recordado el accidente nuclear de Vandellòs I en 1989.

Los ecologistas también han cargado por la manera de tratar los incidentes nucleares: «hay todo un ocultismo que siempre rodea cualquier actuación en torno a un accidente nuclear, tanto si está en el Estado español como en Japón», ha criticado Nolla, que ha dicho que el último incidente en Vandellòs II «se ha comunicado 15 días después de que se hubiera producido» y que «se ha afirmado que es de nivel 0 cuando en realidad es de nivel 1». Por su parte, Òscar Cabrero, miembro del consejo de Greenpeace en Tarragona, cree que la incidencia de Vandellòs II es una «señal de agotamiento», como «el resto de averías y paradas, síntomas de agotamiento y señales de alerta en los cuales tendríamos que hacer caso».

Así, la reivindicación de los grupos ecologistas es que no se renueven las licencias de las centrales nucleares más allá de diez años, un hecho que consideran «un suicidio». «Desde el gobierno español impulsan el continuismo de energía nuclear, no a partir de hacer nuevos reactores sino de alargar su vida hasta los 60 años de funcionamiento», denuncian. Según señalan, la probabilidad de accidente nuclear crece si se renuevan las licencias. «En estos momentos, las centrales tienen 38 años por término medio de vida y eso quiere decir que, con 10 años, podemos plantarnos con nucleares con casi 50 años de funcionamiento», ha ejemplarizado Nolla.

De todos modos, los grupos recuerdan que prolongar las licencias supondría tener que hacer unas inversiones en las instalaciones totalmente inviables económicamente, como apuntan que ya pasó con Garoña. «Los renovaban con 17 años más y fueron las mismas empresas que echaron atrás una opción que el mismo gobierno les daba». Por todo ello, Nolla espera que los próximos ejecutivos «pongan el juicio» que cree que les falta en el gobierno del PP en gestión de energía nuclear.

Simulacro de emergencia nuclear en el Mercado

Justo en medio de la plaza Mercadal se ha instalado este sábado al mediodía un botón donde se alerta del peligro nuclear. En un momento dado, el botón se ha activado y han empezado a resonar sirenas de alarma nuclear que han puesto en marcha la performance y han hecho que varias personas «se cayeran fulminadas y entraran los medios de emergencia sanitarios», es decir, «todo lo que pasaría si hubiera un accidente», ha explicado el portavoz de Ecologistas en acción. Con este acto vistoso, se pretende concienciar la población de «la peligrosidad de la energía nuclear y la necesidad de eliminar esta manera de producir energía». En esta línea, los ecologistas quieren que la población haga un cambio de chip y opte por no contratar aquellas compañías que hacen explotación nuclear y que, en cambio, contraten energías renovables.

La jornada ha empezado con una charla debate en el centro de Lectura de Reus, en la cual ha intervenido Seiko Nishikawa, a una ciudadana japonesa activista antinuclear, que también ha sido la encargada de leer el manifiesto durante la concentración.

Siete años de Fukushima

Los ecologistas han vuelto a conmemorar el aniversario del accidente de Fukushima, del cual hará siete años viernes. En el accidente, producido por un terremoto seguido de un tsunami, se destrozaron los sistemas de refrigeración y de alimentación eléctrica de las centrales. Así, se produjeron tres grandes explosiones de hidrógeno en los reactores 1, 2 y 3 y un incendio en la piscina del reactor número 4. El estado de los reactores se ha conocido mediante la medida de la emisión de muones, una partícula que se produce en la fisión. Según el grupo ecologista, lo más probable es que haya que construir sarcófagos que los cubran para preservar en el mundo de las emisiones y que la zona cero de Fukushima sea como la de Chernobil. Según Greenpeace i Ecologistes en acción, la descontaminación que el gobierno japonés está haciendo para permitir que las personas puedan volver en sus domicilios resulta «insuficiente» porque el nivel de tasa de dosis radiactiva permitida superior a los límites recomendados.