Medio Ambiente
El servicio de recogida de animales en Reus volverá a quedar en manos de la Última Llar
La entidad fue la única al presentarse a la nueva licitación, que contempla un aumento del 40% del presupuesto respecto del antiguo contrato
La Última Llar volverá a encargarse del servicio de recogida de animales perdidos y abandonados de la ciudad después de ser la única entidad que se presentó al concurso público. Con este nuevo contrato, la Última Llar mantendrá un servicio que lleva ejerciendo en Reus durante cerca de quince años, mejorando notablemente la aportación económica por parte del consistorio. El nuevo contrato está presupuestado en casi 85.000 euros, un incremento del 40% respecto del precio del actual servicio.
La nueva licitación, publicada a finales del mes de noviembre pasado, responde al hueco que dejó la presentada en verano, que quedó desierta. En aquella ocasión ya se contempló un aumento de precio, que pasaba de los 55.000 euros presupuestados en el antiguo convenio hasta los 80.000. Ninguna empresa o asociación mostró interés, ya que entidades como la Última Llar y el Refugi Baix Camp renunciaron defendiendo que la oferta económica era «insuficiente».
Daniel Rubio, concejal de Medio Ambiente, explica a esta publicación que, en aquel contrato, «fijaron el precio para ver si se presentaban más empresas», pero que entendieron que quedó desierta porque no satisfacía los intereses económicos de estas. Román Casanovas, director técnico de la Última Llar, también incide en el hecho de que la propuesta presupuestaria «no se ajustaba para cubrir el servicio», pero el nuevo precio ya responde a las necesidades de este.
Más dinero y menos gatos
El mismo Rubio defiende el fuerte aumento del precio en la licitación respecto del anterior contrato basándose en la antigüedad: «Era antiguo, los costes eran de hace más de diez años y lo que hemos hecho ahora se adecua más a las necesidades de la ciudad», asegura. Además, el concejal reconoce que «el nivel de vida ha subido y las empresas también exigen más».
El precio no es la única modificación que el consistorio ha hecho en la licitación respecto de la que quedó desierta. Deniel Rubio explica que «el servicio también ha cambiado, no está el volumen de animales que hay ahora, que son muchos más». Con todo, el nuevo contrato fija una previsión de recogida de 300 perros y 20 gatos, una reducción de 70 ejemplares en el caso de los felinos.
Buscar más alternativas
Al ver que la licitación había quedado desierta, el consistorio se abrió en que más empresas se presentaran al concurso público. Rubio asegura que «buscamos empresas de fuera de la ciudad, entidades que también hacen el servicio de recogida pero que no son tan grandes», aunque, finalmente, ninguna de estos se ha presentado. Para Román Casanovas, el hecho de que la Última Llar sea el único presentado a la licitación «es un problema, nos gustaría que se presentaran más». Casanovas explica que, además de Reus, se encargan de «la recogida de Cambrils y el Tarragonès», motivo por el cual el presupuesto también tiene que responder al gran volumen de trabajo que tiene la entidad.
La alternativa que queda totalmente descartada, tanto por parte de las asociaciones animalistas como para|por el gobierno local, es la propuesta de perrera municipal que habían contemplado algunos grupos de la oposición. Todos coinciden en defender que «económicamente no es viable».