Un movimiento contable da margen al CMQ para pagar las DPO 2018
La plantilla pierde las del 2017, recibe la reformulación como una declaración de intenciones, no firma las cuentas y se asesorará legalmente
Un movimiento contable en el CMQ ha dejado las puertas abiertas para que la empresa pueda pagar a la plantilla, de cara ya al ejercicio 2018 y siempre que este cerrara en situación de equilibrio económico, las retribuciones variables por objetivos (DPO). Después de que las cuentas del 2017 vertieran un negativo de 181.553 euros atribuible a una amortización anticipada de 900.000 que tiene que realizarse para materializar el traslado de los servicios desde la Clínica Fàbregas a las instalaciones del antiguo hospital, el Consejo de Administración aceptó ayer aplicar una parte a reservas de manera que «el ejercicio 2017 queda saneado y la amortización no afectará al ejercicio 2018», tal como informaba el CMQ en un comunicado. El convenio del Siscat, en el cual están sujetos los trabajadores del centro, los deja sin derecho a cobrar las DPO si la empresa registra déficit. Un escenario, este, que se ha dado este año por primera vez. Por eso, la plantilla no ingresará las DPO del 2017 a pesar de haber alcanzado de largo los objetivos que estas marcan.
Los trabajadores, que tienen representación en el mismo Consejo de Administración, habían realizado una petición al interventor y al auditor del CMQ para llevar a cabo una reformulación que permitiera rescatar las DPO del 2017 –las cuales habrían cobrado ahora– y las del 2018, que estarán pendientes del próximo cierre contable. Ayer, recibían el movimiento vinculado a la amortización del traslado como «únicamente una declaración de intenciones» y recordaban que «si cobramos las DPO del 2018 o no, lo sabremos entonces. Porque ahora mismo nosotros no podemos saber que lo que ha pasado este año no se vuelva a repetir con otro concepto». El portavoz del Comité de Empresa del CMQ, Eduard Mejías, explicaba que la plantilla no ha formulado las cuentas y que se asesorará legalmente para ver si puede emprender algún paso que revierta la pérdida de las DPO del 2017.
En los próximos días, los trabajadores –el CMQ cuenta con un total de 113– se reunirán en asamblea para sopesar alternativas y, en el transcurso de la reunión, se pondrá encima de la mesa la posibilidad de llevar a cabo una encartelada en el mismo centro o paradas breves. «No tenemos que pagar nosotros el traslado del CMQ», concluía Mejías, que decía que «en el mismo Consejo todo el mundo ha estado de acuerdo que se estaba aplicando una cosa injusta».
Los consellers del PSC y de la CUP tampoco firmaron ayer las cuentas del CMQ. En este sentido, la socialista Sandra Guaita explicaba que el movimiento contable «ha sido el mal menor» en medio de una tesitura «injusta para los trabajadores». Por su parte, al frente de la CUP, Marta Llorens planteaba esta como otra consecuencia de «la manera como están estructuradas las empresas municipales, con la cual no estamos de acuerdo» y de los «daños endémicos que arrastran».
Las cifras para el Grupo Hospital
Desde el Grupo Hospital informaban ayer de que en el mismo Consejo de Administración se formularon las cuentas consolidadas, que incluyen Hospital Sant Joan, CMQ, Gecohsa, Laboratorio de Referencia, Ginsa, Sagessa y Fundación Sagessa Salut. «El efecto Sant Joan y CMQ hace que las cuentas, igual que el año pasado, se cierren con resultado negativo», apuntaban las mismas fuentes. En detalle, el negativo es de 3,32 millones de euros, «si bien se mantiene el equilibrio patrimonial del Grupo Hospital», que cuenta con 82,2 millones de euros de activos, 2.200 trabajadores y 179 millones de ingresos.