La FRAC busca la fórmula para limitar el consumo de alcohol en Carnaval

La Federación Reusense de Asociaciones de Carnaval (FRAC) estudiará la fórmula para controlar el consumo de alcohol entre los grupos, especialmente durante el desfile del sábado y a los actos con más afluencia, y evitar con eso episodios que puedan ensuciar la imagen de «una fiesta detrás de la cual hay mucho trabajo que no siempre se ve y se valora». La entidad, que celebrará a finales de mayo la asamblea de balance del Carnaval de Reus 2018, convocará en los próximos días a «los grupos que reúnen a la gente más joven», una decena, para «intercambiar puntos de vista sobre los cuales podríamos hacer con esta cuestión», explica al Diari Més el secretario de la FRAC, Marc Loran, que precisa que «no queremos imponer ninguna norma sino que los mismos participantes propongan la manera de regularlo todo». Loran concreta que «lo que buscamos no es un Carnaval donde no se pueda beber, buscamos que se haga con control y que todo el mundo disfrute».

El colectivo pretende, en paralelo, cargarse de argumentos para reclamar de nuevo el acceso del desfile en el Tomb de Ravals, un hito que la FRAC ya intentó este febrero, coincidiendo con los 40 años de la recuperación del Carnaval en la ciudad, y que el Ayuntamiento descartó aludiendo a un informe desfavorable emitido por la Guardia Urbana. De cara a la próxima edición, volveremos, apunta al secretario, que fija en el 2020 el límite en que la entidad querría hacer atravesar las carrozas por el centro de Reus. La islita en la salida del parking de la plaza Prim, defienden desde la FRAC, era el único escollo para la apertura del recorrido, y hace meses que se retiró. Loran lamenta que el informe todavía no lo hemos visto y valora, de cara al 2019, que «con las elecciones a tocar será complicado que el Ayuntamiento se atreva».

La nueva normativa se cumple

En la asamblea que se llevará a cabo a finales de mayo, y que se celebra cada año, no ha previsto, explica Loran, imponer ninguna sanción a ninguno de los cerca de 50 grupos que participaron el pasado febrero. Todas ellas se ajustaron, precisa, a la normativa estrenada tres años atrás por la FRAC que establece en un máximo de 200 el número de personas por carroza, en 60 las carrozas al desfile, y revisa el volumen de la música que suena a través de los altavoces. En el transcurso del pleno del pasado marzo, y a preguntas del grupo municipal de Ciutadans, el concejal responsable de Seguridad Ciudadana, Joaquim Enrech, contabilizaba «tres actas levantadas» por la policía local por incumplimiento del artículo 19 de la Ordenanza de Civismo, que prohíbe orinar en la vía pública. Enrech recordaba que, a lo largo del recorrido del desfile, este año se instalaron 20 lavabos en bloques de 4 y 4 más de adaptados, repartidos en diferentes calles para combatir este tipo de actitudes.

La FRAC reemplazó la entrada del desfile al núcleo por una exposición de carteles y esquelas en la celebración del 40º aniversario del Carnaval. No abandona, sin embargo, la voluntad de recuperar el paso del desfile del sábado por el Tomb de Raval. Y este es uno de los motivos que impulsa el control del consumo de alcohol entre los grupos. «A partir de poner orden en algunas cosas quizás conseguiremos que se nos vea finalmente de otra forma y que se conozca la fiesta tal como es, con todas las vertientes que tiene,» explica Marc Loran, que dice que «así, esta dejará de ser una razón que se pueda utilizar a la hora de decirnos que no en ciertas cosas, y también en la entrada en el centro que habría supuesto un salto muy importante para el Carnaval de Reus y que seguiremos intentando».