La reparación de la cubierta del Ploms mejorará la seguridad de la estructura
La piscina afectada permanece cerrada desde finales de marzo, cuando un fuerte temporal de viento arrancó algunas placas del tejado de esta
El Club Natación Reus Ploms tendrá que esperar un mínimo de dos semanas más antes de poder volver a utilizar la piscina situada junto a la avenida de Tarragona. El 31 de marzo pasado, el fuerte temporal de viento arrancó parte de la cubierta, y la actividad ya tuvo que quedar suspendida por motivos de seguridad.
Más de un mes después, las tareas de reparación de la cubierta continúan. En un primer momento, la entidad reusense previó que los trabajos se alargarían una semana pero, finalmente, estas lo harán entre seis y ocho. Dani Breva, director deportivo del Plomos, explica que esta ampliación de las tareas «se debe a temas de la aseguradora que se hace cargo, los procesos son más lentes». En un primer momento se optó por sanear la zona, retirando las partes de la estructura que habían quedado estropeadas. Estas sólo ocupaban una pequeña zona, visible desde la ciudad. Ahora, sin embargo, las tareas se realizan en una parte mucho más amplia que cubre casi todo el semicírculo de la cubierta.
Con la voluntad «de evitar todos los riesgos posibles», la entidad ha optado por mejorar la cubierta. Así, más allá de reparar la zona estropeada, han apostado por trabajar en toda la zona para mejorar los elementos de seguridad y hacerla más resistente de cara a nuevos posibles episodios de fuerte viento.
Cambios en los entrenamientos
Breva asegura que el cierre de la piscina de la avenida de Tarragona «no afecta a los cursillos» de natación que se hacían. «Todas las actividades se han trasladado en la piscina de la avenida Marià Fortuny», hecho que ha obligado a reajustar horarios y espacios del equipamiento.
En concreto, lo que se ha hecho es «reajustar el calendario de entrenamientos de las secciones» que se ejercitaban en la piscina que ahora se encuentra cerrada. Estos reajustes han consistido en recortar los carriles necesarios para cada sección: «Si antes tenían tres o cuatro, con el cambio piscina tienen dos», expone a Dani Breva.
Con el fin de evitar que el cierre de la piscina de la avenida de Tarragona «no afecte a los cursillos de natación ni los socios», también se han tenido que cambiar los horarios de los entrenamientos de la sección. Así, mientras duran las tareas de reparación de la cubierta y no pueden utilizar el espacio, los deportistas se ejercitan «cabe al mediodía o por la noche», coincidiendo con las horas de menos actividad por parte del resto de usuarios de las piscinas.