La URV reactiva los trámites para llevar|traer Medicina al Campus Bellissens

El traslado de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la URV desde el edificio que actualmente ocupa, en la céntrica calle Sant Llorenç de Reus, cabe en terrenos reservados dentro del Campus Bellissens donde están todavía pendientes de construcción las instalaciones que tendrían que haber acogido los estudios desde el inicio del curso 2010-2011, «cada vez es una necesidad más imperiosa». Por eso, casi una década después de que la falta de recursos económicos parara el movimiento, y «ahora que la universidad ve que la crisis ha tocado fondos y que el proyecto es viable», con las obras de la nueva Facultad de Educación en marcha en Tarragona «se ha considerado que era posible, y se ha empezado a pensar seriamente en el caso de Medicina y redactar la documentación previa» para materializar los planes de acercar las enseñanzas al Hospital Universitario Sant Joan.

Sin calendario cerrado, pero con el compromiso que «este será el siguiente edificio que se ejecutará, después de Educación que tenía más problemas y resultaba prioritaria, porque esta la tenemos resuelta y ya nos podemos poner manos a la obra», la URV ha empezado a preparar un nuevo «diseño de la Facultad de Medicina adaptado a la metodología docente actual, a los avances tecnológicos y a la manera de impartir las titulaciones», explica al Diari Més el decano de la Facultad de Medicina, Antoni Castro. El dibujo del equipamiento que se hizo a su momento «ha quedado obsoleto» y «hay que tener en cuenta las posibles necesidades futuras para una universidad que también mantiene una apuesta enérgica por la investigación». Aunque a su momento la URV anunció una inversión necesaria de 30 millones de euros, el decano de la Facultad de Medicina no concreta el presupuesto pero detalla que «por sus características, y por los instrumentos docentes que tiene que incorporar, un equipamiento así es caro porque no se trata sólo de un aulario».

Grupos pequeños y peso a la simulación

En la documentación que ahora redacta, la URV quiere una Facultad de Medicina «con aulas pequeñas para trabajar en grupo y fomentar la reflexión, alejadas de las antiguas clases magistrales donde había un gentío, y con laboratorios para simulación clínica». Este último punto resulta especialmente relevante, precisa Castro porque «no puedes hacer que un alumno visite enfermos al día siguiente de acabar la carrera si antes no se ha entrenado en aspectos técnicos con un simulador», cuestión que «hace diez años quizás no se tenía tan en cuenta y que ahora es principal». También hay que tener en cuenta, añade, «si pensamos que más adelante querremos incorporar más titulaciones o crecer en el número de plazas de las que ahora impartimos, y dejar un cojín». La documentación «es una declaración de intenciones global: qué pretende la Facultad, características, dimensionado, titulaciones».

El edificio, concebido para recortar distancias con el Hospital Universitario Sant Joan de Reus y que tenía en cuenta que «el mejor sitio para ubicar a los futuros médicos está al lado del enfermo», depende del Plan de Infraestructuras de la Generalitat. Los recortes aplicados en el contexto de crisis económica lo dejaron fuera de los planes|planos en este sentido y «hoy vemos que estamos levantando ninguno, que esta es una universidad saneada y que se puede permitir la libertad de proyectar una Facultad nueva con pocos riesgos». En este sentido, precisa el decano de la Facultad de Medicina, «todo está parado sólo por el tema económico, esperamos que haya gobierno a la Generalitat para facilitar las cosas y hacer un Plan de Infraestructuras» del cual dependerá en último término la construcción de las instalaciones.

Unos 1.000 estudiantes a 3 grados

En el actual espacio de Sant Llorenç, que es de titularidad municipal, conviven los grados de Medicina, Fisioterapia y Nutrición Humana y Dietética, pero también estudiantes de master. En total, «son cerca de 1.000 alumnos» y una plantilla de unos 400 profesores que se queda en 80 sin el personal asociado. Algunos, sin embargo, se desplazan a la Unidad Docente del Hospital Universitario Sant Joan de Reus en los últimos cursos.

«Al principio ya podíamos pensar que la Facultad se estaba quedando pequeña, pero ahora el tiempo se nos ha tirado encima y el crecimiento de las unidades, los grupos de investigación y los laboratorios hacen que no se quepa», añade Castro, que recuerda que «las políticas de la URV van dirigidas a generar campus que compartan servicios y que la gestión sea mucho más eficiente. Al Campus Bellissens falta Medicina». Otro de los aceleradores del traslado pasaría por el hecho «de que el Ayuntamiento encontrara un uso para el edificio donde estamos ahora. Todo genera necesidades, y, como más gente quiera el paso en el Campus Bellissens, mejor, y eso empieza a dibujarse». En el 2006, de hecho, el Ayuntamiento llegó a plantear la ubicación de servicios municipales, áreas técnicas y administrativas, en el recinto donde todavía está Medicina. La URV también tiene pendiente el CRAI y la residencia de Bellissens.