La AV Monestir dirá «sí» al Mercadona de la Sedera si la cadena lo decidiera abrir

La Asociación de Vecinos Monestir decidió, este lunes por la noche en asamblea, aprobar la llegada de Mercadona al solar de la desaparecida Sedera. Al fin y al cabo, sin embargo, está todavía pendiente de que la cadena decida instalarse, ya que de momento esta es una de las diversas localizaciones que está sopesando para abrir una tienda, tal como remarcaban ayer fuentes de la misma empresa. El presidente de Monestir, Alfonso Berbel, por su parte, precisa que «aunque de entrada queremos el Mercadona, también estamos pendientes de ver el proyecto, y será entonces cuando podamos decir si estamos de acuerdo o no».

Diferente es el posicionamiento de la Asociación de Vecinos Masía Vilanova, que hacía público ayer un comunicado donde concretaba que, reunido igualmente el vecindario este lunes, «los asistentes manifestaron su preocupación por las consecuencias que puede comportar su implantación, todo considerando que el paseo es uno de los pulmones de la ciudad, punto de encuentro para hacer deporte, para caminar, para acoger manifestaciones festivas tradicionales y que la mayoría de los reusenses identifican como espacio de vida ciudadana, y por lo tanto se tiene que ser muy cuidadoso a la hora de permitir cualquier actuación que lo pueda poner en peligro». Entre estas «preocupaciones», Mas Vilanova plantea vinculados al ruido. En este sentido, sin embargo, Mercadona dispone de un plan de descarga silenciosa que «está funcionando».

El desembarque de Mercadona en la Sedera no está cerrado y depende de factores que van más allá del criterio de los vecinos de la zona. En todo caso, la apertura de una nueva tienda en este punto serviría a la cadena para implementar el nuevo modelo, tal como ya hizo al Mas Mainer, y generaría un movimiento similar, con el traslado del supermercado que se encuentra ahora en La Salle.

El proyecto urbanístico

El proyecto urbanístico inicial de La Sedera, que reconvertía la antigua pasarela textil en un conjunto de equipamientos y viviendas de hasta una decena de pisos de altura, pasó a la historia en el 2014. Después de las reclamaciones de los vecinos por una propuesta que creían que «demonizaba» la zona, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) anuló el proyecto residencial. Otras propuestas encima de la mesa y que no cuajaron dibujaban una zona verde y un parking.