El Ayuntamiento de Reus piensa en un skatepark más amplio, abierto y sin madera

El futuro del skatepark pasa para convertirse en un espacio abierto, con filosofía de plaza y sin ningún elemento de madera, íntegramente de cemento u hormigón. Y para añadir metros que den lugar a una zona más amplia. El propósito lo desgranaba hace pocos días el alcalde de Reus, Carles Pellicer, en una entrevista en el Diari Més, donde admitía que los usuarios que, en los últimos meses, se han quejado reiteradamente del estado que presentan las instalaciones «tienen razón, y yo no estoy contento conmigo mismo». Las Brigadas Municipales vaciaron tiempo atrás el recinto, donde ha quedado ahora casi sólo un obstáculo, una barandilla metálica y el half-pipe. Y lo hicieron por el «deterioro» que había vuelto peligrosos algunos de los elementos, al menos buena parte de los cuales no se colocarán porque «no podemos permitir que nadie se haga daño», apunta Pellicer.

El dibujo del gobierno municipal sobre este punto de la ciudad «es una asignatura pendiente que pienso ejecutar en el próximo mandato: un skatepark nuevo, sin elementos de madera sino con cemento, ampliando la zona y haciéndolo, más abierto», adelanta|avanza el alcalde, que explica que «lo que podría hacer ahora ya lo he hecho, y ha sido reparar los elementos mientras todavía era viable». «Lo digo con toda la sinceridad. El skatepark que tenemos ahora en Reus sigue siendo un concepto antiguo», puntualiza el alcalde, que subraya que, a su momento, ya «se compraron unas piezas que no eran nuevas, se han estropeado, están deterioradas y no podemos permitir que se sigan utilizando».

Un espacio «más plaza»

Uno de los «problemas» que Pellicer ve en el actual skatepark «es que es un lugar muy cerrado y tiene que ser abierto, más plaza». Por eso, más allá de la intervención en este recinto junto al Parque de la Fiesta, que sería de gran alcance, «pienso, y no digo que lo haga, al poner antes algunos elementos de skate-plaça si no fueran muy caros». El alcalde se refiere a la opción de incorporar, a alguna plaza, obstáculos que puedan servir para deslizar pero que también tengan cierta utilidad como mobiliario. Y acabar, de esta forma, con situaciones como la que se da en la plaza de la Libertad. Recientemente el Ayuntamiento ha llevado a término, también a través de Brigades, la enèsima obra en las columnas del antiguo Kursaal, esta vez en forma de la aplicación de un nuevo sistema de barandilla|baranda baja para que, entre otras cuestiones, los skaters no la utilicen. «Hablo mucho con los skaters y los entiendo. Ellos también creo que me entienden bastante a mí. Es mi trabajo que no patinen en los bancos ni en las columnas de la Libertad y lo tienen que entender», concluye Pellicer.

El hecho es que la falta de elementos, que ahora no están «porque ya no es posible seguir reparándolos y no los podemos mantener en su sitio», ha hecho perder el atractivo a las instalaciones, donde varios colectivos vinculados a la actividad que se realiza han denunciado en diferentes ocasiones que la afluencia de usuarios se está reduciendo notablemente por las condiciones que se dan.

La posible reformulación del skatepark fue uno de los múltiples proyectos que se sometieron a votación en el marco de los primeros presupuestos participativos en el municipio, pero no acabó entre las propuestas que han recibido los apoyos necesarios para materializarse. En los últimos años se han invertido aproximadamente 40.000 euros en reparaciones en el skatepark y en su ámbito, donde «por delante de todo, tenemos que poner la seguridad».