Un corte de energía obliga un vuelo a elevarse sin apoyo de la torre

El último vuelo con pasajeros que tenía previsto el Aeropuerto de Reus este martes por la noche se tuvo que elevar sin poder recibir el apoyo de la torre de control después de que esta se quedara sin energía. El corte en el suministro, que sólo afectó al control de vuelos, se produjo por causas ajenas a la infraestructura reusense y a su gestora, Aena. A causa de este hecho, el controlador tuvo que dar permiso al piloto, a quien alertó de la situación, por radio y, después, traspasar el control al centro de Barcelona.

El sindicato UGT en el Aeropuerto denuncia «la falta de personal que hace tiempo que reclamemos hace que se producen incidencias que no se pueden cubrir», tal como pasó con el corte de suministro. Fuentes consultadas por el Diari Més exponen, que, en el momento de los hechos, había un técnico de mantenimiento de navegación que venía de Barcelona y que, por lo tanto, no estaba familiarizado con los equipos y sistemas de Reus. Eso provocó un retraso en la reparación y reanudación del funcionamiento del operativo después del corte. «En la torre siempre hay un controlador y un técnico de mantenimiento», explican, añadiendo que hace menos de una semana «la torre se quedó sin técnico sin embargo, por suerte, aquel día no pasó nada». Desde de UGT mantienen que Enaire, encargada de la contratación del personal, «envían a alguien desde Barcelona sólo para cubrir el expediente».

El Aeropuerto de Reus cuenta con una pequeña central eléctrica que genera energía con el fin de poder suplir el suministro en caso de una caída general del sistema. La torre de control tiene un sistema similar, pero necesita que los técnicos la pongan en funcionamiento: «El técnico que venía de Barcelona no está familiarizado con estos sistemas y, por lo tanto, no puede prever ni arreglar una avería con la misma velocidad que lo haría uno de Reus», detallan desde de UGT. Este hecho, insisten, «evidencian una falta de personal que tiene su incidencia en la seguridad del control y la gestión aérea».

Enaire, en cambio, defiende que la seguridad «no se vio disminuida en ningún momento». La empresa mantiene que cuenta con los «procedimientos para actuar ante las situaciones como la que se vivió; los controladores están formados para poder operar mediante radio o teléfono».

El último recurso

En caso de caída del sistema, los controladores tienen un «último recurso» -tal como lo llaman- para comunicarse con los pilotos, una radio con batería autónoma. La torre de control se quedó sin luz, aproximadamente, hacia las 23:20 horas, cuando el último avión que tenía que salir del aeropuerto «se encontraba en rodaje, no tenía permiso para elevarse pero ya se dirigía hacia la pista». El controlador, tal como detallan las fuentes de UGT, informó la nave de la situación mediante el último recurso. Entonces, decidió retener el vuelo unos minutos esperando a que se pudiera reanudar la actividad cuando entrara en funcionamiento el generador autónomo. Alrededor de las 23:35, el controlador decidió dar salida al vuelo antes de que la radio se quedara sin batería: «Le comunicó que no lo podía guiar ni ofrecerle apoyo, que el piloto se fijara en la manguera que indica el viento y decidiera cuándo salir; entonces el controlador llamaría al centro de Barcelona para que lo controlaran cuándo les apareciera en la pantalla», relatan los miembros de UGT.

Pasadas las 23:40 horas, el suministro de energía se pudo reanudar. Entonces, sin embargo, «hace falta reiniciar los equipos y comprobar que todos funcionen correctamente para volver a iniciar los operativos; eso es lo que hacemos cada mañana al abrir», detallan. El sindicato expone que el controlador «se marchó pasada la medianoche, cuando su horario acaba a las 00:00 horas, y los sistemas todavía no se habían reiniciado». Añaden que, al marcharse, «se encontró un técnico de mantenimiento de Reus con que habían localizado para que viniera a solucionarlo», debido a la falta de conocimiento de quien habían enviado desde Barcelona y que se encontraba en la torre en aquellos momentos».

El aeropuerto, cerrado

Al producirse el corte de suministro, el controlador se comunicó con el centro de control de Barcelona para informar de que no podía aceptar más tráficos» y que, por lo tanto, cerraba el Aeropuerto. «Suerte que era la última quiere de la noche y no había habido más operaciones previstas para que, sino, se habrían tenido que desviar», detallan las fuentes de UGT. Añaden que el despegue se pudo realizar porque «la operación de salida es más sencilla que la de entrada, sin energía el controlador no puede guiar el avión». El sindicato cierra argumentando «si hubiera habido un técnico fijo de aquí no se habría tenido que cerrar el Aeropuerto y los sistemas se hubieran podido recuperar más rápidamente».