Diari Més

El paro del acelerador lineal de Reus «no tiene y no tendrá afectación a ningún paciente»

Oncología mantiene que el volumen de actividad permite aplicar la medida, incluida a la auditoría del Sant Joan y rechazada hace año y medio porque «entonces no era operativa»

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El cierre del acelerador lineal ubicado en la plaza del Gegant Indi es «un paro» iniciado el pasado 16 de julio y con fecha de finalización del 30 de septiembre, que la dirección de Hospital Sant Joan ha materializado «de común acuerdo» con Oncología en entender que «a efectos funcionales, va bien y no afecta en nada concentrar la actividad en un punto y absorber a los pacientes en los dos aceleradores que hay en el nuevo edificio mientras la demanda, que está calculada, así lo permita», detalla el doctor Joan Borràs, director adjunto del servicio, en declaraciones al Diari Més. La misma medida contempla, además, que «en cualquier instante que esté la necesidad de hacerlo», la máquina del antiguo hospital, que se utiliza en tratamientos a enfermos de cáncer, «puede reabrirse de manera inmediata, de un día para el otro». Hasta ahora, mantiene Borràs, «ningún paciente ha perdido ninguna sesión por este cambio ni por ningún otro motivo».

Al momento de dejar de ofrecer servicio, la semana pasada, hasta 13 personas recibían atención en el acelerador de la plaza del Gegant Indi, 6 de las cuales preveían concluir a terapia estos días. Los dos aceleradores que se encuentran ahora en marcha en Reus –todavía hay uno de cuarto en Tortosa que completa los que se encuentran en la demarcación– han asumido a las 7 personas que siguen necesitando el servicio y lo han hecho sin ampliar horarios: aplican sesiones de unos 12 minutos por término medio entre las ocho de la mañana y las diez de la noche a unos 115 enfermos y tienen capacidad para recibir una decena más, hasta cerca de 125. La decisión, asegura el director adjunto de Oncología del Hospital Sant Joan, «ni ha tenido afectación sobre ningún paciente ni la tendrá». El PSC de Reus había denunciado el cierre el lunes con unas duras declaraciones donde decía que llevarlo a cabo «tendría un coste y será en vidas» y PP y Cs también había rechazado esta desactivación del aparato.

Mantenimiento, disponibilidad y mismos horarios, las líneas rojas

El paro de la máquina estaba incluido, inicialmente, a los resultados de la auditoría encargada a una consultora externa y que al principio del 2017 vio la luz con un paquete de propuestas para «recuperar el equilibrio económico» del centro. En aquel momento, hace un año y medio, precisa Borràs, «se nos pidió, a propósito de un recorte y con la anterior gerencia, hacer eso mismo», pero «nosotros, y yo el primero, nos negamos en redondo, porque aquello era un agravio: los pacientes no cabrían de ninguna manera, nosotros estamos por encima de los problemas económicos y no era operativo».

Después, «periódicamente, hablando con la dirección, se nos ha preguntado si considerábamos hacer eso. Hemos dicho siempre que no y en todo momento se nos ha escuchado», añade el director adjunto de Oncología, que dice que «ahora, lo hemos hecho de común acuerdo porque, vista la situación del número de pacientes que hay, a nosotros también nos va bien. No es lo mismo desplazar a un médico y un físico cada día, y tener un equipo de técnicos que nos va bien aquí, que hacer eso. Médicos, físicos y enfermería hemos visto que, en este momento, nos lo podemos permitir». Y, por eso, a pesar de dar la luz verde al paso, Oncología ha trazado algunas «líneas rojas»: «Seguir haciendo el mantenimiento y tener siempre el acelerador a punto», que «el día que un enfermo que tiene que empezar el tratamiento no tenga lugar en el nuevo Hospital Sant Joan, el del Gegant Indi abra inmediatamente» y «no ampliar los horarios en los otros dos aceleradores».

Un ahorro económico de entre 20.000 y 30.000 euros

Sobre el ahorro económico que el cierre del acelerador lineal pueda generar, Borràs precisa que «estaría entre los 20.000 y los 30.000 euros pero la cifra es una apreciación y este es un tema del cual queremos estar al margen porque, ni que fueran 200.000 euros, mientras un solo enfermo saliera perjudicado, no lo aceptaríamos». En relación a la condición de temporalidad de la desactivación del tercer acelerador de Reus -que tiene 9 años de antigüedad y es gemelo con uno de los que hay en el Hospital Sant Joan–, el doctor explica que «está mi garantía, de que es total, como también lo es la del director del centro. Si alguien no nos hiciera caso, el propio CatSalut, que es responsable de la atención a los pacientes, lo haría» porque «un enfermo con tratamiento de radioterapia ni lo podemos desplazar a Barcelona ni lo podemos tratar aquí a las tres de la madrugada. La fecha es el 30 de septiembre, pero, si hace falta el 5 de agosto, también reabrirá entonces».

Con todo, si el 30 de septiembre el Sant Joan determinara que la vuelta a la actividad de la máquina no es necesaria, «lo reconsideraremos pero lo explicaremos». A los tratamientos de radioterapia, los pacientes acuden del lunes al viernes y hacen, en general y dependiendo de la concreción de cada caso, entre 20 y 25 sesiones. Cuando el acelerador se tiene que detener como consecuencia de una revisión, se irradia también en sábado «para poder respetar el criterio universal que el estándar es recibir 5 sesiones por semana».

«Ningún paciente ha perdido ninguna sesión por este cambio», asegura Borràs, que niega también que se haya dejado de dar nuevas citas a los enfermos de cáncer y puntualiza que «los pacientes son dirigidos a radiología para algún otro equipo y surgen, en un 70-80% a veces, de un comité de tumores donde se deciden los tratamientos y se apuntan las visitas que hacen falta. En Oncología, podemos presumir de que nunca hemos tenido lista de espera y los responsables somos advertidos por las secretarias cuando la espera de un paciente no es razonable». «No hay ningún mecanismo para interrumpir la entrada de flujo», concluye.

Después del verano se hará una propuesta a Salud para reemplazarlo

El director adjunto de Oncología precisa también, sobre un posible cierre definitivo del acelerador de la plaza del Gegant Indi, que «es imposible en un futuro asumir la radioterapia de la demarcación con dos aceleradores en Reus y uno en Tortosa». La vida útil de una máquina de este tipo se sitúa entre 10 y 15 años, y la que ahora ha dejado de ofrecer servicio durante el verano tiene 9 sin embargo «ha estado funcionando sólo en un turno de mañana, que es de cinco horas» y, por lo tanto, «es presumible que pueda aguantar más tiempo con la misma calidad». «Será responsabilidad del sistema reponer el acelerador del Gegant Indi y, por eso, «después del verano, pondremos encima de la mesa del CatSalut y el Departamento de Salud nuestra propuesta pidiendo un calendario para la inversión que nos toca para cambiarlo», adelanta Borràs.

«Alarmismo innecesario»

Por su parte, Noemí Llauradó, presidenta del Consejo de Administración del Hospital, manifiesta que «se ha creado un alarmismo innecesario con afirmaciones que no se sostienen en una base ni fundamento real. Crear confusión en este tema sólo hace que comprometer el prestigio de los profesionales del Hospital». La presidenta ha lamentado que el paro temporal del acelerador lineal haya causado

esta alarma infundada y duda de la intencionalidad que perseguían aquellos que lo han denunciado públicamente con este tipo de argumentaciones. «Es decepcionante que temas tan sensibles se quieran aprovechar para hacer política, con un interés partidista, sin tener me cuenta el malestar que genera entre los pacientes que tienen que recibir radioterapia y el alto coste emocional que producen algunas de las afirmaciones que se han hecho». Y acaba haciendo un llamamiento a todas las fuerzas políticas a actuar con responsabilidad en los temas relacionados con la asistencia y la salud.

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