La defensa del mecánico Jordi Perelló pide que se archive el caso

El abogado del mecánico reusense Jordi Perelló, investigado por un supuesto delito de odio por no haber atendido, en febrero y en el taller de su propiedad en el camino de Valls, el vehículo particular de una agente de la Policía Nacional que quería llevarlo a revisión, ha presentado formalmente «hace pocas semanas» al Juzgado de Instrucción número 3 de Reus la solicitud de sobreseimiento del caso y archivamiento de las actuaciones.

Lo ha hecho, tal como explica al Diari Més el mismo letrado y miembro del colectivo de Advocats de l’1-O, David Piqué, utilizando como principal fundamento un auto dictado por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) a finales del pasado mes de junio. En esta, el TSJC acordaba no admitir la querella por pressumpta incitación al odio presentada por la Fiscalía contra el diputado de ERC Ferran Civit, a raíz de unos tuits contra Policía Nacional y Guardia Civil, y puntualizaba así que los agentes que participaron en el operativo vinculado a la celebración del referéndum no pueden recibir tratamiento de víctimas de delitos de odio. La resolución, interpreta la defensa de Perelló, precisa que el Código Penal reserva esta calificación exclusivamente para «colectivos que puedan ser considerados vulnerables».

El caso, que avanzó este rotativo, continúa en fase de instrucción, apunta Piqué. Mañana, 1 de agosto, se harán seis meses desde que Perelló fuera requerido por primera vez en la comisaría de los Mossos d'Esquadra de Reus, donde se acogió al derecho a no declarar en unas diligencias policiales que acabarían, pocos días más tarde, en una citación en el edificio de la avenida Marià Fortuny. Perelló valoraba ayer desde el taller, en declaraciones en este rotativo, que «la justicia no es para todo el mundo igual, como ellos dicen» y que procesos como lo que atraviesa «se están alargando para dar miedo. Saben perfectamente que no tiene ningún recorrido pero lo dilatan porque piensan que, así, callaremos. Y yo no tengo ninguna intención de callar ni nadie podrá asustarme».

El mecánico, que ha proseguido estos seis meses con la actividad rutinaria de su negocio, se reafirma en su manera de actuar: «Estoy seguro de que no he hecho mal. Es más, si vuelven a venir, se volverán a marchar igual. Yo no les repararé nunca más ningún coche porque no quiero». «El TSJC ya ha dejado claro que no se puede incluir ni a la Policía Nacional y la Guardia Civil en el delito de odio y, por eso, este caso está condenado a ser archivado», concluye.

Sólo colectivos vulnerables

El auto en que Perelló y Piqué hacen referencia, detalla este último, «indica que estar en contra de alguien o manifestar rechazo delante de alguien, incluso odiar a alguien, no implica un delito de odio si este alguien no forma parte de un colectivo vulnerable». Todo eso, continúa la defensa del mecánico, teniendo en cuenta que también habría que entrar a ver si es que aquí ha habido realmente o no algún tipo de odio, porque no tenemos que dar por hecho que haya estado. La solicitud de archivamiento no se había presentado todavía «porque se estaban practicando diligencias», explica el abogado David Piqué, que dice que «ahora que ha habido esta sentencia del TSJC, y que se puede ver que es tan claro que no estamos hablando de un delito de odio, hemos decidido dar el paso» aunque «todavía hay diligencias pendientes» y la instrucción del caso «continúa abierta».

A Instrucción número 3, el 8 de febrero, ante el juez, Perelló respondió únicamente preguntas formuladas por su abogado. Antes de que el mecánico empezara a declarar lo había hecho el agente de la Policía Nacional a quien el primero se había negado a revisar el vehículo y otro de los Mossos D'Esquadra, pareja de ella y quien interpuso la denuncia. También han sido citados como testigos, a lo largo de estos seis meses, al menos dos Mossos D'Esquadra más y el compañero del taller de Perelló. El Abogado del Estado también se personó como acusación particular en la causa.