Urbanismo
Once constructoras optan al derribo de los edificios del barrio de Carme de Reus
Incasòl espera el inicio de las obras en noviembre, con la previsión que la intervención se complete en un margen de entre 4 y 5 meses
Un total de once empresas han formulado propuesta, tal como concretan fuentes del Incasòl a Diari Més, al proceso de licitación puesto en marcha el pasado 1 de junio para tirar al suelo los siete edificios pendientes de demolición en el barrio del Carme. Las mismas fuentes precisan que, teniendo en cuenta los trámites que todavía quedarán por completar, el inicio de los derribos se ha fijado en noviembre de este 2018. El presupuesto máximo previsto por la ejecución de los trabajos es de 345.031 euros, IVA incluido.
En detalle, se trata de los bloques localizados en las calles Sant Jaume 26, Sant Jaume 22-24, Closa de Freixa 1, Closa de Freixa 1a, Sant Benet 7-5-3, Sant Benet 1 y Sant Francesc 13. La inversión está programada en dos anualidades: 85.545 euros más IVA para el 2018 y 199.605 para el 2019. El plazo de duración del contrato es de 4 meses con posibilidad de prórroga de un mes más, y el margen para presentar finalizó el 21 de junio con estas once encima de la mesa|tabla.
Incasòl había recibido todavía en invierno la pertinente licencia, por parte del Ayuntamiento de Reus, para ejecutar los trabajos. La previsión, con respecto al desarrollo del derribo, pasa por realizar el máximo de obra a mano, con carga en camión a máquina y transporte en el vertedero. Los trabajos incluyen, tal como precisa la documentación del proceso puesto en marcha por Incasòl, la colocación de andamios y lonas de protección en la fachada y la medianera de cada edificio, la instalación de vallas provisionales, y el desmontaje –por medios manuales y en compresor mecánico– de toda la cubierta de los edificios. También la rotura y derribo de las fachadas y de los forjados de planta, la supresión de paredes y tabiques y la rotura a máquina de todo el pavimento de planta baja. No se desmontará ni se derribará de inicio ninguno de los cimientos de los siete edificios.
La obra servirá para poner fin a cuestiones relacionadas con ocupaciones ilegales, la proliferación de palomas y otras plagas o la acumulación de suciedad en los inmuebles y su entorno. En el interior de los bloques , de hecho, se pueden apreciar ahora restos de ropa y mobiliario de haber habitado allí y también espacios muy afectados por la acción de las aves.
Ampliar el aparcamiento
Los proyecto ambé comportará abrir paso entre las calles Sant Jaume y Closa de Freixa. El concejal de Urbanismo, Marc Arza, explicaba a este medio hace nueve meses que, una vez consumados los derribos, el consistorio se plantea «además corto plazo, ampliar el espacio de aparcamiento» de zona azul en Closa de Freixa. Y a medio plazo es también nuestra voluntad, sea con inversión de la Generalitat o del Ayuntamiento, que aquí empiece a haber promoción de vivienda pública». La intención, a grandes rasgos, pasa por dar en esta área un aire similar a lo que ha tomado la plaza del Patacada, reconvertido en «un espacio moderno e integrado en el barrio».