Un 10% de los pacientes con cáncer tienen que ir a radioterapia a Barcelona

Los tres aceleradores lineales de Reus y el de Tortosa no pueden ofrecer servicio, por sus características técnicas, al total de pacientes con cáncer que genera la demarcación. Algunos enfermos, los que «necesitan tratamientos particularmente adelantados», tienen que desplazarse regularmente a Barcelona para poder recibir la terapia, con todo lo que este paso comporta. Fuentes del Departamento de Salud concretan en el Diari Més que anualmente se abordan cerca de 2.100 casos de cáncer en el global de Tarragona y que la cifra de personas que se encuentran en estas circunstancias no supera el 10%.

También que la situación se verá compensada cuando, con el horizonte del 2020, entre en funcionamiento el nuevo acelerador pendiente de instalación en el Hospital Virgen de la Cinta de Tortosa y que convivirá con el de la Santa Creu de Jesús. Reus, por su parte, programa empezar a negociar con el CatSalut, un golpe pasado el verano, la renovación del acelerador de la plaza del Gigante Indio y la colocación del aparato que lo suceda, igualmente más adelantado, dentro del edificio nuevo del Hospital Sant Joan.

Las mismas fuentes detallan que el «obsolència de los aparatos», entendida como el hecho de que con el paso del tiempo surgen de nuevos que plantean más posibilidades que los que se colocaron un cierto tiempo atrás, es el único motivo que puede llevar Salud a derivar en Barcelona un paciente del ámbito de Tarragona que necesita tratarse a través de un acelerador lineal.

Hasta el 30 de septiembre

Precisamente el paro temporal, durante el verano, de la máquina de la plaza del Gigante Indio ha generado polémica en las últimas semanas. Desde Salud se reafirman en la información aportada por el propio servicio de Oncología del Sant Joan a finales de julio y garantizan que el acelerador «abrirá tan pronto como un paciente lo necesite». No precisan qué pasará, sin embargo, si llegado el 30 de septiembre –la fecha que el Hospital ha anunciado para la puesta en funcionamiento– se considerara que no hay demanda para volver a enviar pacientes.

De los 13 que se trataban cuando se materializó el paro, 6 preveían completar el tratamiento pronto y los dos aceleradores del Hospital Sant Joan –todavía hay uno de cuarto en Tortosa– absorbieron el resto sin ampliar horarios. En el aparato que se ha detenido se sigue haciendo el mantenimiento a fin de que, como explicaba el doctor Joan Borràs, director adjunto del servicio de Oncología del Sant Joan, «pueda abrir inmediatamente, de un día para el otro, si es que hace falta». El acelerador de la plaza del Gigante Indio, así pues, se encontraría en una situación de disponibilidad para asumir más trabajo si Salud lo reclamara. Un extremo, este, que también sería útil para paliar el déficit que arrastra el Hospital.