Cs analiza denunciar al alcalde Carles Pellicer por prevaricación

Ciutadans no descarta presentar una denuncia por prevaricación contra el alcalde de Reus, Carles Pellicer, después de que este anunciara el viernes que acudiría a los Mossos D'Esquadra cuando simpatizantes de Cs descolgaron la pancarta de «Llibertat presos polítics» y un lazo amarillo de la fachada del palacio municipal. Así lo concretó ayer, en rueda de prensa, el portavoz parlamentario de la formación naranja, Carlos Carrizosa.

Carrizosa dijo que seguirán dando apoyo a toda acción ciudadana que sirva para «asegurar el cumplimiento de las ordenanzas» y la «neutralidad» en los edificios institucionales y lamentaba que varios gobiernos municipales son «cómplices» de hechos denunciables, porque no los multan. Citó, como ejemplo, que cuando un particular cuelga de su balcón una bandera o se pone un lazo en la solapa de la chaqueta que lleva «hace uso de su derecho a la libertad de expresión». «Ahora bien, cuando lo hace un Ayuntamiento, apropiándose de una ideología en contra de parte de su población, entonces está vulnerando gravemente los derechos fundamentales de los ciudadanos», señaló.

Pellicer anunció el viernes dos denuncias: una «para defender los intereses de la institución municipal» después de que el cartel fuera descolgado, y otra por «amenazas al alcalde» porque «he intentado poner paz, y he intentado separar a la gente para evitar más agresiones y violencia» y «la respuesta de este pelotón de provocación ha sido amenazarme e injuriarme».

La ordenanza de civismo

El grupo municipal de Cs en Reus había reclamado al principio de año, a través de una instancia registrada en el Ayuntamiento, la retirada de varias pancartas a favor de los presos instaladas en diferentes puntos y también la del mismo palacio consistorial y que el viernes fue descolgada. En el argumentario de la instancia, la formación hacía referencia básicamente a dos artículos incluidos en la ordenanza de civismo del municipio y solicitaba así a la alcaldía que los aplicara y, por lo tanto, instara a los propietarios de los inmuebles –la sede de Òmnium, el anterior del PDeCAT y un edificio del Mercadal, así como el mismo Ayuntamiento– a llevar a cabo la retirada de los carteles. En detalle, uno de los artículos de la ordenanza de civismo a que apelaba el grupo municipal de Ciutadans es el número 34, que regula «conductas prohibidas», en el apartado b. Este marca la prohibición de «tender ropa sucia o lavado u otros objetos que agredan la estética urbana que, por su situación y orientación, sean visibles desde la vía pública, a las aperturas de las casas y en barandillas de terrazas y balcones». Otro es el 16, en lo referente a «normas de conducta» y dentro del capítulo V, que habla de la «degradación visual del entorno urbano». En concreto, el 16.2, que dice que «las personas propietarias o titular de inmuebles tendrán que cumplir la obligación de mantener las paredes y las fachadas sin que conste ningún tipo de anuncio, exceptuando los que hagan referencia a la profesión o la actividad que se desarrolle».

Crear un Comité Antifascista

La CUP congregó ayer por la noche, en la plaza del Teatre, a una cincuentena de personas para explorar la posibilidad de crear un Comité de Solidaridad Antifascista en Reus. En el desenlace de la asamblea, cuya convocatoria se difundió el viernes coincidiendo con el asunto de la pancarta, el concejal Edgar Fernández explicaba que «la experiencia de otros municipios nos animó a impulsar un espacio antifascista» porque «los hechos obligan a la gente a organizarse», aunque aclaraba que «en ningún caso se trata de hacer milicias urbanas sino de generar espacios». La conclusión, «haremos charlas para analizar cómo se está organizando el fascismo en Cataluña y veremos cuánta gente tiene ganas de hacer cosas y cuánta no».