Unos 30.000 coches al día circulan por los accesos de la T-11 que no tienen luz

Cerca de 30.000 vehículos circulan cada día por la T-11 a su paso por Reus. Desde hace más de un año, ninguno de los accesos al municipio desde la autovía tiene del todo activo el alumbrado que, en su momento, se colocó. Este fin de semana, la primera entrada por la variante –que da paso al Aeropuerto y al centro– y la del polígono Agro-Reus seguían a oscuras. Bellissens, la carretera de Salou y Misericordia están iluminados parcialmente.

Fuentes de la subdelegación del gobierno en Tarragona apuntan en el Diari Més que la cuestión está en la agenda de Fomento aunque no tiene fecha. Anteriormente, habían atribuido la situación a episodios de robo de cobre y otros materiales en las farolas de la carretera. La Cámara emitió, en septiembre del 2017, un comunicado donde pedía al Ministerio que acelerara las reparaciones y avisaba del impacto negativo que todo podía generar en el turismo, así como de la repercusión para los residentes. Fomento ha realizado en los últimos meses algunas intervenciones concretas en este aspecto, pero el grueso|grosor del problema está presente.

El de Misericordia es, ahora, el acceso donde mejor ve. La entrada desde Tarragona tiene luz, así como también la rotonda y una parte de la salida. Por Bellissens y por la carretera de Salou, ni la entrada ni la salida están iluminadas –pocas farolas funcionan– pero la rotonda sí que lo está. En general, en estos puntos, ninguna de las luces más próximas a la autovía están encendidas. Los conductores que se desvían de la T-11 para ir al Aeropuerto de Reus o al Agro-Reus lo hacen a oscuras y en dos puntos donde en flujo de circulación resulta considerable.

El mapa de carreteros del Ministerio de Fomento, en su última edición, con fecha del 2016, habla de un volumen de vehículos por día que llega a 42.600 antes del acceso para|por Brasilia y de 16.300 pasado Agro-Reus. Así, cada día, en torno a 26.200 coches, motos o camiones utilizan el tramo de la T-11 que pasa por Reus. De estos, según el propio mapa de carreteras, más del 90% son ligeros y unos 350 a la semana son vehículos extranjeros. La presencia del aeródromo podría tener que ver.

El pasado noviembre, operarios restablecieron la iluminación en la entrada en la ciudad por la avenida de Bellissens. En aquel punto, desde la subdelegación explicaban que se trataba de una primera actuación que precedería de otros, pendientes de calendaritzar y las cuales continuarían con la vuelta de la luz al acceso por la C-14, la carretera de Salou, y después el resto. Las mismas fuentes explicaban que «se están delimitando unas zonas prioritarias para ir actuando progresivamente, a medida que sea posible.»

Los trabajos a llevar a cabo, cuando las farolas instaladas se apagan, pasan básicamente por «reponer el cableado en los casos en que este había sido sustraído de los puntos de iluminación y se tiene que colocar de nuevo» y por «cambiar la farola –es decir, la parte que emite la luz, como podría ser una bombilla– si es que está rota o que ha dejado de funcionar por alguna causa».

El ahorro energético

La normativa vigente marca que el Ministerio sólo tiene obligación de iluminar autovías y autopistas cuando transcurran por suelo urbano y registran una intensidad de paso de vehículos superior a 80.000 al día, por una cuestión de ahorro energético. También, como «puntos singulares», puede encender glorietas en carreteras convencionales con mucho tráfico o puntos donde tienen lugar lluvias frecuentes aunque no pasen muchos coches.