Sociedad
Urbanismo abre un expediente por las naves ocupadas de Prous y Vila
Una inspección descarta tapiar de manera subsidiaria las construcciones, donde Servicios Sociales tiene constancia que duermen personas
Servicios técnicos del Ayuntamiento han abierto un expediente de disciplina urbanística por las naves industriales abandonadas a la calle de Prous y Vila, sin actividad desde años atrás y donde duermen, habitualmente, personas que las ocupan de manera irregular. La situación se extiende, de hecho, en el global de las construcciones de la isla comprendida por Jaume I, Pere el Cerimoniós y ronda de Subirà. En muchos de los antiguos talleres, las puertas han sido agujereadas y muestran candados. La zona, que con el paso del tiempo ha acabado quedando localizada en un punto relativamente céntrico de la ciudad, registra, también durante la mañana, un importante movimiento de entradas y salidas.
Urbanismo solicitó en la propiedad de las naves que tapiara los accesos y esta, explicaba la concejala de Bienestar, Montserrat Vilella, al pleno del lunes y a preguntas del PP, «respondió que no tenía posibilidad material ni financiera para cerrar» las edificaciones y «pedía que el Ayuntamiento se hiciera cargo de los trabajos de manera subsidiaria». El mismo día que se recibió la respuesta, los servicios técnicos «fueron a hacer una inspección y vieron que las naves están cerradas, que no es que se pueda entrar y salir y que, de momento, no había una justificación para cerrar subsidiariamente el espacio». El expediente, con todo, «continúa abierto y, se sigue trabajando».
La red de sensellar
Con respecto a las personas que habitan allí, Vilella explicaba que Servicios Sociales tienen constancia de su presencia «desde el 27 de junio», cuando «el educador fue a uno de los espacios de la ciudad que atiende a personas sin techo o con otros problemas importantes en cuanto a la esfera social y se nos comunicó que había un número de 4 o 5 personas» viviendo en las naves. «Seguramente», precisaba Vilella, esta presencia «no es constante en el tiempo ni son fijas». De todo «se derivó que una de las personas la conoce a Servicios Sociales y que en otros no», apuntaba a la concejala de Bienestar, que precisaba que «se han hecho varias idas y no se ha conseguido contactar» pero que «la red integral de atención a las personas sin hogar tiene este tema encima de la mesa , entendiendo que es complejo y difícil y que no de un solo día».
Algunos de los vecinos se quejan de los ocupas y dicen que «la policía tiene que estar viniendo cada dos por tres», pero otros dicen que «hacen su vida, casi toda dentro de las naves, y no se meten con nadie».
Situaciones diversas
Una de las personas que vive en esta isla, concretamente en una nave de Pere el Cerimoniós es Fernando, de 42 años y que muestra abiertamente el espacio. Fernando tiene lo que parece una tarjeta expedida por la Generalitat donde se le reconoce un grado de incapacidad y asegura que lleva «uno o dos años» viviendo en el lugar, que «estaba ocupado» pero que se lo encontró «vacío». En el interior de lo que ha hecho su casa hay un saco de boxeo, una moto, mobiliario y pequeños electrodomésticos que funcionan con la luz que «tenemos enganchada», aunque agua no tenemos. También cinco perros que, dice, «cuidan de la nave y me animan a salir». Sobre la posibilidad de que, por un lado o otro, las naves acaben siendo tapiadas y, por lo tanto, los que las ocupan se tengan que marchar, explica que «si alguien me echa de aquí, tendrá que darme otro sitio donde vivir». Miquel, de 38 años, está instalado en la construcción anexa a la de Fernando. Relata que, antes, trabajaba en un bar pero que, a raíz de un trastorno psicológico, lo tuvo que dejar. Admite que, a veces, en la zona acude la Guardia Urbana porque «hay problemas». Una pareja traslada chatarra con un carro de la compra desde dentro de una nave de Prous y Vila.