Bienestar
El comedor social de Reus recibe a 360 personas y cocina más de 23.300 comidas
La aportación anual de 75.000 euros del Ayuntamiento irá al local, fiambreras, transporte y en el catering
El Ayuntamiento de Reus ha acordado hacer una aportación de 75.000 euros al comedor social que gestiona Càritas Diocesana. Se trata, en detalle, de una adenda en el convenio de colaboración con la entidad, vigente hasta el 2019, para mantener activo este servicio, el cual seguirá ofreciendo este año dos líneas al municipio: la presencial en los bajos de la calle Francesc Bartrina y la de fiambreras para llevarse las comidas a domicilio, a la vez que los alimentos se servirán y distribuirán igualmente en el comedor que la Fundación Josep Pont i Gol tiene en la calle Mas Abelló. La cifra se corresponde a la anualidad del 2018 y tiene que servir para sufragar «los gastos derivados del funcionamiento y gestión» de este relevante recurso social. La aportación económica quedó acordada por Junta de Gobierno a los inicios del verano.
De estos 75.000 euros, unos 14.500 irán al arrendamiento del local, así como el pago de la tasa de basura y de comunidad. Para los suministros –luz, agua y gas– hay previstos 7.000 euros más, y otros 1.500 para gastos diversos como teléfono, extintores de incendios, alarma, seguros y mantenimiento. Para la inversión en compra de fiambreras, recipientes isotérmicos, guantes de goma, servilletas y rollos de papel de cocina la cifra es de 1.000 euros. Otros casi 1.000 irán a los gastos de bencina y mantenimiento de la furgoneta que permite la recogida de comer en supermercados, caterings y comedores escolares. A los recursos humanos quedarán dedicados un total de 12.000 euros y al catering, en torno a 38.000.
Descenso con respecto al 2016
La última memoria de Càritas concreta que la entidad, durante todo el año 2017, preparó 23.340 comidas –incluidas las fiambreras– para los dos puntos de comedor social, donde se atendió a 360 personas. Estas instalaciones, precisa la misma memoria, están concebidas como «espacios de acogida y de atención a personas que sufren soledad, necesitan afecto y tienen una falta de alimentación». En el 2016, la memoria de Càritas refleja que los comedores recibieron a 465 personas y cocinó 30.843 comidas. La comparativa refleja, entre un año y el otro, un descenso de 105 personas que han necesitado esta atención y la elaboración de 7.503 comidas menos. Y supone una desciende después de algunos años en que las atenciones habían aumentado considerablemente.