El fuego cierra las fiestas de Misericordia
La Carretillada del Ball de Diables de Reus y el piromusical desde el Santuario fueron los últimos actos de una jornada llena de ritmo y tradición
La Fiesta Mayor de Misericordia de Reus, conocida como la pequeña, vivió ayer su día grande, marcado por los actos tradicionales en el Santuari de la patrona reusense. La jornada arrancó con la Baixada del Seguici, la marcha que emprenden los elementos de Reus desde la plaza de la Pastoreta hasta el Santuario, recorriendo el paseo de Misericordia, encabezados por el Ball de Pere Joan Barceló.
Los actos tradicionales de esta jornada festiva continuaron por la tarde, en la misma plaza del Santuari, epicentro de la Fiesta Mayor de Misericordia, con los bailes, protagonizados por los Gegants, el Carrasclet, los Nanos, el Basilisc, la Mulassa, las danzas y bailes, y los otros elementos del Seguici Festiu de la ciudad. Más tarde, fue el turno de la diada castellera de los Xiquets de Reus, la Baixada del Ball de Diables, el Ball Solemne Curt del Àliga de Reus dentro del Santuari de Misericordia, las actuaciones de fuego de la Víbria y el Drac, la Carretillada y el piromusical que despidió las fiestas.
Este año, las fiestas de Misericordia tuvieron un significado especial para la Colla del Lleó de Reus, que aparte de haber estrenado el Lleó Petit, que se incorporó al Seguici Infantil de la ciudad, despidieron a su cap de colla, Josep Lluís Rius, que después de más 25 años implicados en la Fiesta Mayor, quiso dar un paso al lado y apartarse de la primera línea de los actos tradicionales de Reus, y los bailes de la tarde de ayer en el Santuari, fueron sus últimas danzas con el Lleó de Reus.
Los Xiquets de Reus hicieron también su actuación ante Misericordia, una diada que arrancaron descargando el 3de8, después de haber desmontado el primer intento un 2de7, y finalmente del 5de7. Los de la camisa avellana finalizaron la actuación con un abanico de 5.
Mientras los diablos llegaban al Santuari haciendo su tradicional Baixada, fue el turno del Ball Solemne Curt que la Áliga de Reus ofrece tradicionalmente en el interior del templo. Un momento que, por las dimensiones del Santuari, sólo pueden presenciar unos cuantos afortunados, pero que se ha ido convirtiendo en uno de los instantes más álgidos del día de Misericordia, porque precede los últimos actos tradicionales de las fiestas. Aunque durante un rato, el cielo nublado hacía pensar que se podía repetir la lluvia del año pasado, acabó luciendo una gran luna llena en el cielo.
La Carretillada
Uno de los momentos más esperados de la noche, fue la Carretillada del Ball de Diables de Reus, un acto que llenó de fuego y luz el Santuari de Misericordia. Este año, los tres avisos de honor, reconocimiento que otorga la entidad, estuvieron protagonizados por el Club Natació Reus Ploms, en conmemoración de su centenario, por la Pastisseria Huguet, por la promoción de la Fiesta Mayor a través de las figuras de mona del Seguici Festiu de la ciudad, y por Francesc Mercadé, por su trayectoria de 50 años como diablo. Después, fue el turno de los tambores, los instrumentos de percusión que acompañan los diablos, de dar inicio a la Carretillada entonando el toque del Ball de Diables, un ritmo que el público de la plaza quiso acompañar dando palmas. Acto seguido, el Ball de Diables llenó de fuego la entrada del templo, combinando las carretilles y los surtidores con la pirotecnia que habían instalado en otros puntos del Santuari, para completar la lluvia de fuego que bañó el templo durante cerca de veinte minutos. Después, el piromusical, puso punto final en las fiestas de Misericordia.