Diari Més

Andreu Martín: Cadidato del PSC a la alcaldia de Reus

«Tenemos que entrar a negociar sin líneas rojas y sin engañar a nadie»

El alcaldable socialista prepara una lista paritaria, con peso de la militancia y con las actuales concejalas

Martín fue proclamado cabeza de lista el 12 de junio.

«Tenemos que entrar a negociar sin líneas rojas y sin engañar a nadie»Olívia Molet

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—En la presentación como cabeza de lista, anunció cinco compromisos: centrarse en Reus, implicar a la ciudadanía en la toma de decisiones, acercar la administración a las personas, crear un plan estratégico y hacer una ciudad equitativa y abierta.

—La ciudadanía se ha distanciado de la política por muchas razones, a menudo porque se siente desatendida en la toma de decisiones. Y el valor fundamental de nuestro proyecto es que se implique. El gobierno reusense ha sido subsidiario de otros intereses, de la Generalitat. La residencia de Horts de Miró no está abierta, se han cerrado grupos de P3. Una cosa que lo explica bien es que no ha tenido un plan estratégico. En la Sedera, por ejemplo, vamos a remolque de una iniciativa privada. Tenemos que tener una visión a 10 años y no dedicarnos sólo a resolver el día a día y la sorpresa. Hay que gobernar para las personas, que participen en el diseño de necesidades y en la definición de acciones. Y no podemos dejar a nadie atrás. El alcalde y el gobierno han dejado gente atrás y los ha dado lo que sobraba.

—Recorrerá los barrios con una foodtruck «para captar reivindicaciones de los vecinos». ¿Qué espera encontrarse?

—Si lo que digo es cierto, se tiene que demostrar. Entonces, en los próximos meses, contactaré con entidades, asociaciones, cargos, a fin de que hablemos. Yo he hecho público lo que pienso, mi propuesta. Ahora, hablemos: miramos si les parece bien o no, estudiamos las formas, los tiempos. Se trata de recoger información y tratarla colectivamente para elaborar un plan|plano.

—¿Cómo se ve como candidato?

—Me encuentro bien porque creo que hemos dado respuesta a errores graves del gobierno y hemos sido capaces de obligarlos a cambiar algunas cosas que no hacían bien. Sí, a veces con un tono más llevar, porque eran temas para exclamarse mucho, como el cierre del acelerador lineal que tuvo que reabrir. Pero sin perder el respeto. Espero hacerlo desde otro sitio pronto.

—¿Ha faltado diálogo este mandato? Han denunciado a menudo los acuerdos tomados que no han llegado a materializarse.

—Ha sido una gestión gris de una ciudad con una ambición pequeña, salvando el día a día sin pensar en el impacto de los acuerdos. El alcalde tenía más opciones de las que ha visto y las ha desperdiciado. Ha habido contradicciones flagrantes, como la reducción de sueldos. Se aprueban acuerdos de pleno que el gobierno ignora. ¿Cómo se puede oír representado un ciudadano? Pero tendrá consecuencias. La inacción no se premia y es una estafa.

—¿Cómo ha estado la relación con el gobierno? Hablaron de entrar y también intentaron articular una alternativa.

—No ha habido ningún momento de hablar de entrar a gobierno. No ha llegado a pasar. El alcalde lo ha dicho varias veces y, cuando él lo dice, dicho está. En el pleno de la cuestión de confianza, votamos en contra de los presupuestos pero le dimos dos compromisos: podemos hablar sobre inversiones y podemos intentar que el gobierno sea más fuerte o bien dando un apoyo, quizás con un pacto de gobernabilidad, o bien hablando con la oposición por una alternativa. Y hablamos con Cs, CUP y PP. Duró una reunión. Con el gobierno, posteriormente, tratamos un pacto de gobernabilidad. Y aquello ya duró cinco minutos. Era inviable.

—¿Cuáles serán, ahora, las líneas rojas?

— Líneas rojas, como tal, no tendremos. Creo que no son necesarias. Cada uno que defienda lo que crea conveniente y nosotros nos sentaremos en las mesas y lo escucharemos todo. Pienso que tenemos que entrar a las negociaciones sin líneas rojas y sin engañar a nadie, la gente tiene que saber quiénes somos. Tenemos que hablar de la ciudad.

—¿Cómo valora el PSC la configuración del futuro consorcio del Hospital Sant Joan?

—Lo único que intenta el gobierno es buscar la manera de salir el menos dañado posible de las voluntades que tiene para el Hospital el CatSalut, que es quien tiene una idea clara. El consorcio más bien es una amenaza para la calidad de la prestación del servicio, los puestos de trabajo y para poder disponer de lo que hasta ahora tenemos.

—¿Y el traslado del CMQ?

—Eso es viable. No veo más problemas que agilizar los trámites en una administración muy supervisada. Tener que marcharse de un sitio, tener un conflicto abierto y no desplazarte, no va bien. Hay una segunda fase de prestaciones quirúrgicas que haría la oferta completa. Y preocupa la viabilidad del CMQ si esta no se realiza con urgencia.

—Han cuestionado duramente la campaña de las palomas. Y Nova Eucària lo ha llevado a fiscalía.

—El anuncio del Ayuntamiento era ilustrativo. Lo único que faltaba era que la persona a quien se le caía todo aquello no fuera aquella sino el concejal promotor de la iniciativa. Ha habido un efecto bumerán. Pedir una cosa a la oposición, como se pidió el pienso anticonceptivo y, cuando estás en el gobierno, no ejecutarla más allá de una prueba piloto en un pesebre es una gran muestra de hipocresía. Y se tiene que actuar, evidentemente, pero con gente en la calle, no así.

—¿Prosperará el proyecto para renovar el Mercat del Carrilet?

—Un mercado en el Carrilet sigue teniendo sentido, pero tiene que ser el necesario. Lo que es útil y puede dinamizar todo el comercio. Se han dibujado opciones estimulantes. Lo que se puede pedir es implicación de los afectados y determinación con el proyecto. No hacerlo en clave de gobierno preelectoral.

—¿A favor o en contra de la pancarta de los ‘presos políticos?

—Nosotros estábamos en contra. No estamos de acuerdo en que en los edificios públicos haya mensajes que tienen a buena parte de la población en contra de lo que expresan. No para que no queramos nosotros la libertad de los presos políticos, que la queremos. Ahora, si hay estos símbolos, no se tiene que utilizar ninguna herramienta de fuerza para retirarlos.

—¿Está presente el proceso judicial de Innova? ¿Influirá de alguna forma en las elecciones?

—La parte del Tribunal de Cuentas ha acabado y lo ha hecho reconociendo que no hay nada que pedir a las personas a las cuales se acusó. Los grupos que lo impulsaron y el Ayuntamiento no han dicho nada, sin embargo. Y, en la parte penal, parece que el juez dice que tiene mucho trabajo. Yo creo que tenemos que facilitar que la justicia pueda actuar, las cosas que se han hecho mal tienen que recibir una penalización pero la agilidad sería importante para|por las personas afectadas.

—¿Cómo será la lista?

—Paritaria y con un peso importado de la militancia. Quiero que las concejalas actuales estén y ellas están dispuestas a formar parte. No quiero que sea una lista del candidato sino compartida.

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